La UNLaM se suma a la Semana Mundial de la Lactancia Materna

Se celebra todos los años del 1 al 7 de agosto en más de 170 países.

Créditos: UNICEF

Con el objetivo de crear conciencia e incentivar acciones sobre temas relacionados con la lactancia materna, todos los años del 1 al 7 de agosto se celebra la Semana Mundial de la Lactancia Materna. Es por ese motivo que la Universidad Nacional de La Matanza (UNLaM), con la colaboración de la Coordinación de la Licencatura en Nutrición, perteneciente al Departamento de Ciencias de la Salud, promueve información para crear conciencia y estimular la acción sobre temas relacionados con la lactancia materna.

Cabe resaltar que la lactancia es el inicio de una etapa que requiere de un aprendizaje y dedicación, no sólo para quien amamanta sino también para la familia y la comunidad. Es decir, no es sólo responsabilidad de quien amamanta, sino que requiere de la participación de las y los miembros de la familia, equipos de salud, instituciones educativas, lugares de trabajo y la comunidad en su conjunto, quienes también son responsables de garantizar este derecho.

En ese sentido, el equipo de salud debe informar adecuadamente sobre los beneficios de amamantar, las técnicas adecuadas, el cuidado de las mamas, las formas de conservar la leche y los derechos en cuanto a los permisos laborales para decidir libremente y favorecer este proceso.

En nuestro país, la lactancia se encuentra protegida por las siguientes leyes: la Ley 26.873 de Lactancia Materna - Promoción y concientización pública; la Ley 20.744 art. 179 en la que se prevén descansos por lactancia para mujeres en período de trabajo y la Ley 27.611 de atención y cuidado integral de la salud durante el embarazo y la primera infancia.

Por otra parte, la instalación de lactarios es un punto clave para poder sostener la lactancia cuando finaliza la licencia por maternidad, razón por la cual la UNLaM está construyendo un lactario en el Centro de Salud Dr. Ramón Carrillo.

Por qué es importante la lactancia materna

Las y los bebés deben recibir lactancia de manera exclusiva hasta los seis meses de edad: no necesitan de otros alimentos ni líquidos (como agua, jugos, tés) ni aun en los días y climas más calurosos. A partir de la mitad de año se inicia la alimentación complementaria, mientras se continúa con la lactancia hasta los dos años o más.

Es importante destacar que la leche humana es el alimento más completo y que mejor se adapta a las necesidades del bebé a medida que crece, al mismo tiempo que le transmite anticuerpos específicos protegiéndolo contra enfermedades. Es por eso que se recomienda que tomen la teta “a demanda”, es decir, cada vez que la o el bebé quiera y todo el tiempo que lo desee.

Por añadidura, la lactancia ayuda a prevenir enfermedades infecciosas y alergias, disminuye el riesgo de muerte súbita, previene la hipertensión, diabetes y la obesidad infantil. También conlleva algunos beneficios para las madres que amamantan como favorecer la retracción del útero, disminuye el sangrado luego del parto, reduciendo, de esta manera, el riesgo de anemia; además, reduce la depresión postparto y favorece el establecimiento del vínculo con su bebé. A largo plazo, se observa una reducción en la incidencia de cáncer de mama y de ovario.