La UNLaM alerta por el desfinanciamiento universitario y los bajos salarios del sector

Nueve de 16 categorías docentes se encuentran por debajo de la línea de indigencia, en tanto que solo el ocho por ciento de los docentes cuenta con una base salarial por encima de la pobreza.

Educación pública
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La Universidad Nacional de La Matanza (UNLaM) desmiente el comunicado oficial del Ministerio de Capital Humano, que afirma que los sueldos de los docentes universitarios tuvieron un aumento del 71 por ciento entre diciembre y julio. Con datos salariales y económicos concretos, da cuenta de la verdadera situación docente.

Según el último informe del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), correspondiente a junio, una familia tipo necesitó 873.619 para no caer en la pobreza, mientras que el monto fue de casi 400.000 pesos para no ser indigente. Además, para una persona mayor, la canasta de pobreza tuvo un costo de 282.579 pesos, en tanto que la de indigencia, 127.288.

Los salarios universitarios

Si se comparan estos datos con las escalas salariales docentes, los números hablan por sí solos. Porque la última categoría docente (ayudante de 2°) cobra 112.005 pesos, mientras que la categoría más alta (titular, exclusiva) percibe 1.000.607. Esto da cuenta de que 14 de las 16 categorías docentes poseen salarios por debajo de la línea de pobreza.

Además, nueve de estas categorías se encuentra por debajo de la línea de indigencia, en tanto que solo el ocho por ciento de los docentes cuenta con una base salarial por encima de la pobreza. Asimismo, seis categorías docentes tienen ingresos básicos inferiores al actual Salario Mínimo, Vital y Móvil, de 262.432,93 pesos.

Con respecto a las categorías no docentes, la más baja percibe un ingreso de 413.730 pesos mensuales, mientras que la más alta es de 1.241.190. Esto significa que cinco de estas categorías están por debajo de la línea de pobreza. Así, los salarios de los trabajadores docentes y no docentes cayeron un 45 por ciento en la comparación interanual.

De esta manera, advertimos que el 76 por ciento de los salarios básicos de los empleados de la UNLaM están por debajo de la línea de pobreza. A su vez, el 43 por ciento se ubica en la indigencia.

Atraso en las transferencias

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Como si esto fuera poco, según un relevamiento de MacroData, entre enero y junio, las transferencias a las universidades cayeron un 32,8 por ciento en comparación con el mismo período del 2023. Además, el crédito pagado representaba el 73 por ciento del devengado, es decir, existen atrasos del 27 por ciento, sobre todo, en junio.

Desde los gremios universitarios, señalan que la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello, "intenta deslegitimar el justo reclamo de los trabajadores de las universidades". Por eso, exigen la reapertura de paritarias y la recuperación del poder adquisitivo, que, desde que asumió el Gobierno de Javier Milei, tuvo la mayor pérdida salarial de la historia.