Villa Luzuriaga: vecinos convirtieron un basural en el Ecoparque Nativo Manzanares

“Fueron tres años de lucha para llegar a este presente”, destacó Valentín Garolla, presidente de la Asociación Civil Ecoparque Nativo Manzanares, con sede en la intersección de las calles Berna y La Paz.

Más de 30 años atrás, el predio situado en la intersección de las calles Berma y La Paz, en la localidad de Villa Luzuriaga, constituía uno de los basurales a cielo abierto más grandes de La Matanza. No obstante, la iniciativa de un grupo de vecinos comprometidos con el medio ambiente lo convirtió en el Ecoparque Nativo Manzanares.

El proyecto comenzó en 2021, con la intención de la comunidad organizada de erradicar el basural y reclamar por el derecho a un ambiente sano. Valentín Garolla, presidente de la Asociación Civil Ecoparque Nativo Manzanares, expresó en diálogo con El1 que la propuesta fue bien recibida por los vecinos.

“El esfuerzo diario de una lucha ambiental está empezando a dar sus frutos. Gracias a una comunidad organizada y un Estado presente, pudimos llevar a cabo esta restauración ecológica para el bien del barrio y de la comunidad. Saber que la gente puede venir a recrearse en un lugar donde hasta hace poco había un basural, me parece maravilloso”, manifestó.

Los comienzos del Ecoparque Nativo Manzanares

El camino hacia un Ecoparque no fue sencillo, especialmente en un espacio donde se situaba un basural con más de 30 años de existencia. “Había que cambiar muchas costumbres culturales que, quizás, ya estaban arraigadas en la gente. Fueron tres años de lucha para llegar a este presente”, destacó Garolla.

En los comienzos, recibieron ayuda de integrantes de la Reserva de la Laguna, situada en la zona de Agronomía. “Ellos nos recomendaron que, para que haya pasto, cultivemos plantas autóctonas. De a poco comenzamos a interiorizarnos sobre el tema, fue un proceso de aprendizaje para todos”, agregó.

El Ecoparque cuenta con un espinillo, uno de los árboles más autóctonos que existen en la provincia de Buenos Aires, un timbó y un jacarandá. Fueron plantados por los ocho integrantes de la Asociación Civil, en colaboración con un grupo de 20 personas. “Por suerte, en las jornadas y eventos que realizamos la convocatoria suele ser muy grande”, celebró.

El futuro del espacio

La mayor parte del mantenimiento del Ecoparque está a cargo de los integrantes de la Asociación Civil, quienes invierten su propio dinero y tiempo en su cuidado. “No queremos que esto vuelva a ser un basural. Es una lucha que llevamos adelante y necesitamos de la ayuda y el apoyo de los vecinos. Parece lejano, pero lo estamos logrando”, aseguró.