Un matancero planea escalar las diez montañas más altas de América

Hasta el momento, el ingeniero y docente de la UNLaM Leonardo Cipolla ya completó la mitad de la travesía y este año va por la sexta. “No somos muchos los argentinos que pudimos cumplir con este tipo de propósitos. Eso me llena de aliento para poder lograrlo”, manifestó.

Leonardo Cipolla se recibió de ingeniero en la Universidad Nacional de La Matanza (UNLaM) y, actualmente, se desempeña como docente en esta Casa de Altos Estudios. No obstante, una de sus grandes pasiones es el montañismo, y estableció un objetivo más que ambicioso: escalar las diez montañas más altas de América.

El proyecto comenzó hace cinco años, con el fin de escalar cada una de estas montañas de entre 6.500 y 7.000 metros de altura. Este objetivo requiere de una cierta complejidad y una muy buena preparación para el buen desarrollo de la logística que involucra. Hasta el momento, ya completó la mitad de la travesía, y este año va por la sexta.

En comunicación con Radio Universidad, informó que en febrero escalará el cerro Bonete, en la provincia de La Rioja, la cuarta montaña más alta de América. “Ya completé el Aconcagua, el Pissis, que es la tercera más alta, y ahora voy por la cuarta. Tuve intentos fallidos, como el del Ojo del Salado, que es el segundo más alto del mundo, porque el clima me jugó una mala pasada”, compartió.

En este sentido, aseguró que, a pesar de contar con una buena preparación tanto física como mental, el clima es lo único que no se puede dominar. “Sin embargo, yo sigo insistiendo en prepararme durante todo el año y tomarme los días de vacaciones correspondientes para ir a cada montaña”, señaló.

La preparación que implica escalar las montañas más altas

Según Cipolla, cada proyecto cuenta con una extensión mínima de 14 días. El ingeniero entrena tres veces por semana, a veces más, y se dedica a correr y realizar entrenamientos de cardio para desarrollar una buena resistencia a largas jornadas.

“En la montaña no se corre, pero el entrenamiento que se hace en el plano cero consiste en tratar de hacer kilómetros corriendo para fortalecer piernas, articulaciones y toda la parte cardiopulmonar. Esto requiere de mucha fortaleza física para una larga duración, porque el cansancio se va acumulando”, explicó.

Al ser autónomo, Cipolla lleva todos sus equipos, entre ellos, comida, gas para calentarla, agua, carpa, bolsa de dormir, aislante y ropa. Todo lo carga en su mochila. “Dentro de lo que yo hago, no somos muchos los argentinos que pudimos cumplir con este tipo de propósitos. Eso me llena de aliento para poder lograrlo”, manifestó.

En este contexto, le dejó un mensaje a aquellas personas que les gustaría seguir por el camino del montañismo. “Les diría que se impongan desafíos y sean constantes. En mi caso, creo que la carrera de ingeniero me sirvió mucho para poder tener esa fortaleza mental y aguantar durante los 14 días. Todo eso se relaciona con lo que aprendí en la carrera que elegí”, aseguró.