Presentaron un libro sobre el “Chino” Oliveri, reconocido médico matancero que se comprometió con los barrios

La obra reconstruye lo que fue el trabajo de Oliveri, quien falleció el 24 de junio de 2015, en la salita del Barrio María Elena. El Dr. Chino, como lo llamaban sus pacientes, atendió a los vecinos del lugar durante casi 30 años.

Por casi tres décadas, los vecinos que concurrían a la salita de salud del barrio María Elena, de Gregorio de Laferrere, se encontraban con Néstor “Chino” Oliveri: un médico de convicciones fuertes que confiaba en la medicina social. Falleció el 24 de junio de 2015, pero dejó un fuerte legado. El libro “El Dr. Chino y la salita”, escrito por Ariel, su hijo de reciente publicación, recupera parte de aquella historia.

En diálogo con El1 Digital, Hugo Pollolo, el psicólogo social y coordinador de la sala de salud en la que trabajó Oliveri y que, actualmente, lleva su nombre a modo de homenaje, se refirió a las actividades en que se presentó la obra. “El día viernes llevamos al libro a la escuela primaria N° 90, en cuyo edificio también funciona la secundaria N° 170. Y, además, el sábado lo hicimos en la sala con los vecinos y pacientes”, contó.

En estos tiempos en los que la medicina pasó a ocupar un lugar todavía más central en sociedad y la solidaridad es un bien escaso para cubrir las crecientes necesidades, esta historia debe propagarse como medicina en pandemia. "El barrio comenzó como un asentamiento en el año 1982", recordó Pollola. “En ese momento, empezó con cerca de 1.500 familias y le debe su nombre a la fallecida concejal María Elena Argañaraz, quien ayudó mucho con la creación del barrio. El Dr. Chino formó parte del asentamiento, ya desde esa época, como médico y trabajando de manera gratuita hasta que, después, pudo conseguir una beca y, luego, un nombramiento en las guardias en Oro Verde”, ahondó.

Finalmente, falleció el 24 de junio de 2015. "En el mismo acto en que estábamos despidiendo sus restos, les propusimos a los vecinos armar algo parecido a una asamblea. Allí, les preguntamos qué les parecía que la sala de salud del barrio, a partir de ese momento, se llame DR. ‘Chino’ Olivieri. La decisión, por supuesto, fue unánime”, explicó.

Debido a su incansable trabajo en los lugares donde su profesión era más que necesaria, su nombre se convirtió en sinónimo de compromiso en la comunidad matancera. El libro, justamente, busca ser un reflejo.