Otoño en La Matanza: ¿es recomendable la poda de los árboles?
Los suelos del Municipio se encontraron con las hojas del otoño. Los vecinos, por su parte, deciden podar los árboles para evitarlas. Pero, ¿es realmente la mejor solución?
La caída de las hojas por la temporada otoñal suele ser determinante en la decisión de la poda de los árboles. Estas prácticas, aunque se crean necesarias, en realidad forman parte de mitos y costumbres culturales, o soluciones fáciles para evitar el roce con cables y luminarias públicas.
Sin embargo, este año, el Municipio de La Matanza lanzó una Campaña de Protección del Arbolado Público. Esto, surge de la necesidad de preservar un bien natural beneficioso para el medio ambiente y los vecinos. “Los árboles producen oxígeno, filtran contaminantes y polvo, protegen de los fuertes vientos, disminuyen los niveles de ruido, regulan la temperatura, retienen agua de lluvia y aumentan la biodiversidad”, señalaron desde la Cabecera distrital.
Los problemas en la poda de árboles
De este modo, Gonzalo Pares, ingeniero agrónomo, destacó a El1 un factor clave para tomar, o no, la decisión de podar un árbol: “En un bosque, nadie poda los árboles. Crecen bien de manera natural. Entonces, es falso ese mito de que la poda fortalece al árbol”. Incluso, resaltó que esto viene arraigado a la costumbre de la poda de los árboles frutales, que sí necesitan este método para conseguir una fruta más grande.
Otra cuestión, es la poda por peligros con la luminaria y los cables. Existe una colocación de plantas que no son las más adecuadas para el lugar. Al tener plantas muy altas en un lugar con postes de luz y cablerío, lo primero que se atina a hacer es cortarlas para evitar su crecimiento. No hacer esto de la manera correcta podría, incluso, provocar una situación más peligrosa.
Las heridas por poda permiten la entrada de hongos o enfermedades al árbol. El panorama, puede llegar a una putrefacción de la planta y, posteriormente, una peligrosa caída. “Algunos podan para que las hojas no tapen la luz artificial y no esté oscuro en la vereda”, recalcó Pares.
Una de las mejores soluciones, según el técnico agropecuario, es la poda denominada “escamondo”. La técnica consiste en ir pelando el árbol desde abajo para ir generando una copa más alta, tanto, más que las iluminarias. Esto, no solo trae beneficios para el problema de los postes y cables, sino que “genera buena sombra, un clima fresco y es agradable”. “¿Quién no quiere poner el auto a la sombra en verano, o caminar por una vereda donde no haya 40 grados de temperatura?”, se preguntó el especialista.
Algunas de las plantas más adecuadas para las veredas o canteros anchos pueden ser Jacarandás, Lapachos o Zen del Campo (flor amarilla). En el caso de plantas bajas, también se pueden colocar algunas frutales, como mandarinos o limoneros. Entre las no recomendadas, se encuentran los Paraísos y los Ficus, que son capaces de romper veredas y provocar mucha oscuridad al no perder sus hojas.
Las hojas, ¿basura o recurso natural?
“Debemos amigarnos con las hojas”, aseguró Pares. Muchas personas realizan la poda con el objetivo de deshacerse de las “molestas hojas” que caen de los árboles. Incluso, las sacan mucho antes de que estén al caer, cuando están amarillas, que es un momento clave en el cual aun se le transmiten nutrientes a la planta. Hacer esto, solo logra debilitar cada vez más al árbol.
Algo que se ignora por gran parte de la población, es que este es un gran recurso natural que puede destinarse al compost y abono para usarlo en jardines o huertas. “En esta época se ven bolsas y bolsas llenas de hojas esperando a ser levantadas por un recolector. Se calcula que el cincuenta por ciento de la basura de la ciudad, son residuos orgánicos que se pueden convertir en compost y abono. Esto, incluye cartón, papeles, hojas por poda y restos de frutas y verduras”, protestó.