Violencia institucional disfrazada como libertad en los discursos políticos
En diálogo con Radio Universidad, el psicólogo Giancarlo Quadrizzi reflexionó acerca de los dichos del diputado Alberto Benegas Lynch y los discursos de violencia institucional.
Por Giancarlo Quadrizzi*
Días atrás, el diputado por La Libertad Avanza (LLA) Alberto Benegas Lynch afirmó: “Libertad es poder decirle a mi hijo que, en vez de ir a la escuela, tiene que ir al taller”. Con este discurso, afirma que no cree en la obligatoriedad de la educación y estamos hablando de violencia institucional y social.
Resulta muy difícil cuando se propagan discursos violentos y de odio. Es grave cuando son enunciados por personas con poder mediático, pero mucho más aun cuando estas personas tienen poder político e institucional.
La ley establece que hasta los 16 años los niños y adolescentes deben estudiar y que a partir de esa edad, hasta los 18, entran en un régimen especial, de modo que el interés superior del niño se conserve.
Hay que entender que libertad sin igualdad es opresión de los que tienen más poder hacia los que tienen menos. Como sociedad, no podemos crecer sin derechos. Con este modelo propuesto donde estudie el que pueda, es imposible que una sociedad crezca.
Me gustaría que pensemos de qué manera puede crecer un niño en una sociedad donde se instalan este tipo de discursos, en donde el niño está expuesto a la explotación de la propia familia, de los otros o de la sociedad. Qué tipo de subjetividad se construye de esa manera.
Esto es algo que, mínimamente, nos debe llamar la atención y generar un rechazo. Si una persona no es tratada como humano desde el inicio de su crecimiento, no esperemos que después nos trate como humanos a nosotros. Hay acuerdos que se establecen y que van más allá de las creencias. Sin embargo, hay personas que gozan haciendo sufrir a otras y no es locura. Tendríamos que hablar de una sociopatía y la persona terminaría siendo inimputable.
Considero que el diputado debe asumir la responsabilidad de sus palabras. Un niño no puede crecer sin derechos, una sociedad no puede crecer con niños sin derechos y la educación está establecida como un derecho en nuestra Constitución Nacional.
*Psicólogo (MP 81.769)