Loan, el botín y la trata
Un botín plantando en el barro es el símbolo macabro de una investigación que se empantanó desde el inicio.
Por María Iribarne*
Sobre el paradero y el destino de Loan Danilo Peña no hay certezas, solo indicios en un laberinto de hipótesis sin salida a la vista. Aunque la respuesta, si se obtiene, pueda ser la más simple, el caso desnudó la ineficacia judicial, policial y política, en un escenario en el que sobrevuela la idea de una red de trata con conexiones en el poder.
Un botín plantando en el barro es el símbolo macabro de una investigación que se empantanó desde el inicio. ¿Qué mostró con crudeza el camino recorrido? Que la Justicia provincial, a cargo de la investigación en el primer tramo, no estuvo a la altura: los fiscales de Goya se cerraron en una investigación de paradero.
“Está perdido”, era la tesis principal. Y no investigaron, solo buscaron a un nene a la deriva en la inmensidad del campo correntino durante días. El sentido común y la presión social los impulsó a ir más allá cuando ya era demasiado tarde. Todas las evidencias que pudieron obtener en las primeras horas, simplemente, se perdieron o se contaminaron.
Al mismo tiempo, Loan demostró que el Alerta Sofía -que fue emitido por el SIFEBU un día después de la desaparición- no garantizó que se hagan controles en rutas por parte de las fuerzas de seguridad. En pocas palabras: nadie revisó los autos en que el niño podría haber viajado escondido, si es que esa era una posibilidad.
El caso también mostró que las fronteras de todo el país continúan siendo “un colador”. Cruzar de un país a otro (sea Bolivia, Paraguay o Brasil) de forma ilegal sigue siendo muy sencillo por senderos clandestinos. Todos estos elementos hacen un contexto más que propicio para cualquier organización que pretenda robar un chico y entregarlo para su explotación laboral o sexual.
Desaparecer
En Argentina, no son pocos los nenes que desaparecen para siempre. Los más resonantes de los últimos años: Guadalupe Lucero, el 14 de junio de 2021 en San Luis, y Sofía Herrera, el 28 de septiembre de 2008 en Tierra del Fuego. ¿Fueron víctimas de una red de trata? No se sabe.
En ambos se repiten las mismas falencias que hoy vemos en la causa por Loan. El expediente, para colmo, padece un mal mayor: la intromisión política. En este escenario, se duda de todo y de todos. Un grave síntoma para quienes buscan darle una imagen de eficiencia y eficacia al Estado y a sus instrumentos. Y una señal preocupante para el resto de la población.
*Por María Iribarne, especialista en Seguridad
