“Ocultar las patentes del auto puede terminar en siniestralidad”, advierten desde una ONG

Mario Funes, vocero de la Asociación Civil Luchemos por la Vida, analizó esta infracción cada vez más común, así como las fotomultas que implementan distintas autoridades.

El ocultamiento o la adulteración de patentes constituye una de las infracciones cada vez más frecuentes cometidas por algunos conductores. En distintas localidades del partido de La Matanza, por caso, los infractores suelen argüir que retiran las chapas de sus vehículos "para evitar las multas", según pudo averiguar este medio.

Según el artículo 40 (inciso d) de la Ley Nacional de Tránsito Nº 24.449, es un requisito indispensable para circular que el vehículo, incluyendo acoplados y semirremolques, tenga colocadas las placas de identificación de dominio “con las características y en los lugares que establece la reglamentación”. Asimismo, deben ser “legibles, de tipos normalizados y sin aditamentos”.

Consultado por El1, el profesor Mario Funes, vocero de la Asociación Civil Luchemos por la Vida, analizó esta problemática y parte del sistema de detección de infracciones actual, concretamente, las fotomultas. “Obviamente, el ocultamiento de las chapas patentes es una infracción y lo que uno puede elucubrar al respecto es que se hace porque se tiende a generar inconductas viales que puedan terminar en una siniestralidad y evitar la sanción que específicamente conlleva el caso”, comenzó.

“Por eso, nosotros, desde hace más de 30 años que venimos bregando por la necesidad de controles eficaces y sanciones efectivas, no solo para el ocultamiento de las chapas patentes, sino para el resto de las infracciones en el sistema del tránsito. El problema de esto es que no existen controles eficaces y sanciones efectivas para este o cualquier otro tipo de inconducta. Es más, a veces los controles suelen ser tan programados y anunciados que la gente simplemente los evita, y esto no nos sirve a la hora de controlar el sistema del tránsito”, remarcó.

Educación vial, una clave

“Más allá de los controles, esto también tiene que ver con el comportamiento social responsable. Esa es otra pata de la mesa que conlleva a sostener un tránsito seguro. Para ello, el Estado tiene facultades indelegables que tienen que ver con los controles. Pero, a su vez, nosotros como participantes del sistema de tránsito e integrantes de una sociedad debemos comportarnos de tal manera de no poner en riesgo la vida de los demás”, enfatizó Funes.

“En este punto, venimos bregando por el cumplimiento total de la Ley Nacional de Tránsito que, por ejemplo, prevé la educación vial desde la etapa inicial hasta el secundario. Lo pedimos porque la educación vial no es simplemente el hecho de pasar señales de tránsito. La educación vial sirve para formar conductores y mejorar el comportamiento del peatón. Por eso, diferenciamos bien el hecho de conducir y manejar. Manejar es la destreza que se tiene al manipular un vehículo. La conducción es un concepto mucho más amplio en el que se incluye el hecho de manejar”, diferenció.

“En el hecho de conducir, están los valores sociales que se ponen en juego a la hora de trabajar en un hecho colectivo, que es el tránsito”, definió.

Fotomultas

En relación las fotomultas, Funes planteó: “Sirven en la medida que no se persigan fines recaudatorios”. “Lamentablemente, esto ha quedado en el imaginario popular con una suerte de tufillo recaudatorio, por lo cual se termina bastardeando una medida de control. Por eso, más allá de los controles que, por supuesto, son fundamentales e importantes, hay que hacer mucho hincapié en la educación. Porque los controles son los efectos, pero también debemos atender a las causas”, concluyó.