“María Aída Piñeiro”, la nueva identidad de la escuela secundaria N° 136 de Isidro Casanova

La docente fue secuestrada y desaparecida el 6 de abril de 1977, durante la última dictadura cívico militar. En un conmovedor acto, fue homenajeada por alumnos y exalumnos. “Resulta muy importante que la comunidad tenga la historia de Aída y que su nombre represente a la escuela”, destacaron autoridades.

Este martes por la mañana, la escuela secundaria N° 136 no solo celebró el acto de imposición de su nombre sino que, además, rindió homenaje a una docente querida y recordada por la comunidad: María Aída Piñeiro. La educadora, secuestrada y desaparecida el 6 de abril de 1977, fue una inspiración y guía para muchos de sus alumnos, quienes asistieron para honrar su memoria.

María Aída Piñeiro ingresó como docente en la escuela primaria N° 116 del barrio Santa Inés en 1973. Luchó por la educación de todas las infancias hasta el día de su secuestro y posterior desaparición, en el marco de la última dictadura cívico militar. No obstante, en el marco de una investigación sobre la historia del barrio, realizada por alumnos de la secundaria N° 136, su historia salió a la luz.

A partir de hoy, la institución llevará el nombre “María Aída Piñeiro”, para celebrar el compromiso de la docente con sus alumnos, quienes la consideraron como un faro en sus pasos por la escuela primaria. Además, se reitera un pedido que continúa vigente: seguir construyendo la memoria y otorgar identidad a quienes se la quitaron.

El recuerdo de María Aida Piñeiro

En comunicación con El1, la vicedirectora de la escuela, Laura Niz, explicó que la elección del nombre de la institución surgió a raíz de una investigación iniciada en el museo barrial. “La escuela empezó a recuperar su identidad desde el barrio, con el trabajo de los propios alumnos”, compartió.

En el marco de dicha investigación, lograron descubrir que, en los registros de la CONADEP, figuraba que la docente fue secuestrada en el barrio de Retiro, donde residía. No obstante, los legajos docentes, al igual que los testimonios de vecinos y exalumnos matanceros, indicaron que María Aida fue privada de su libertad en la localidad de San Justo.

“Para el Ministerio de Educación, quedó inactiva como docente. Dentro de lo que nosotros llamamos ‘el controlador’, figuraba que ella no se había presentado a trabajar y que abandonó su cargo. Mucho tiempo después, más el reconocimiento de entidades que luchas por los derechos humanos, pudimos saber que fue desaparecida”, informó Niz.

Como resultado, y a la hora de proponer posibles nombres para la institución, el nombre de María Aída Piñeiro encabezó la lista. “Realizamos una votación y la decisión fue unánime. Iba a llevar su nombre”, destacó.

El recuerdo de la comunidad

Durante la jornada, autoridades y figuras locales estuvieron presentes, entre ellos la jefa distrital, María Sesana, el director de Políticas Sociales e Integrales del Senado y exdetenido durante la última dictadura cívico militar, Norberto Liwski; la subsecretaria de Derechos Humanos local, Eva Soto; y la inspectora distrital N° 2 de La Matanza, Eva Soto. También acudieron exalumnos de la educadora homenajeada.

Patricia y Mirta fueron unas de las tantas estudiantes que Piñeiro tuvo a cargo, en 1974, cuando cursaban sexto grado. “Ella fue una docente perfecta, nuestra consejera y apoyo. Fue emocionante encontrar fotos, reunirnos con otros compañeros y recordar que Aida era dulzura, amor y calidez”, aseguró Patricia.

Por su parte, Mirta consideró a la educadora como “un faro”, tanto en su vida personal como en su elección de profesión: la docencia. “Era una luz, innovadora, divertida y motivadora. Siempre con un gran compromiso con sus alumnos”, ponderó.

En tanto Nora Vallejos, profesora de Historia y coordinadora del museo barrial dentro de la escuela, aseguró que, en 2015 y en el marco del aniversario N° 50 de la institución, la Dirección General de Cultura y Educación reparó históricamente a Piñeiro. “Se estableció que fue víctima del terrorismo de Estado”, destacó.

La lucha por la verdad y la justicia

De la jornada también participaron autoridades y representantes de organizaciones de derechos humanos. De esta manera, Norberto Liwski consideró que Aída “fue rescatada por los jóvenes en la memoria”. “La comunidad educativa participó activamente, y esto marca la continuidad de un camino: el de la memoria, la verdad y la justicia. Descubrieron a una maestra querida que supo generar vínculos”, explicó.

En esta misma línea, Lily Galeano, integrante fundadora de H.I.J.O.S. La Matanza, compartió su emoción durante el acto. “Hoy, el nombre de María Aída es una emoción muy grande. Los que quieren eliminar la memoria no lo van a lograr, porque va a seguir en esta escuela, en sus docentes y estudiantes comprometidos”, cerró.