Los juguetes de madera volvieron para quedarse

El mundo virtual gobierna el entretenimiento de niños y adolescentes. Según especialistas, las consecuencias son palpables porque el niño o adolescente, expuesto durante largos períodos de tiempo, pierde el interés por crear, investigar y observar.

El mundo virtual gobierna el entretenimiento de niños y adolescentes. Según especialistas, las consecuencias son palpables porque el niño o adolescente, expuesto durante largos períodos de tiempo, pierde el interés por crear, investigar y observar. “Hay que poner en juego el cerebro y la curiosidad”, propuso la licenciada Laura Peralta, en diálogo con Radio Universidad, al mostrar los juguetes de madera que poco a poco ocupan un lugar en el mercado.

Peralta se recibió de profesora y licenciada en Educación Física en la Universidad Nacional de La Matanza (UNLaM) y también es licenciada en Psicomotricidad.  La entrevistada aplica con sus alumnos y pacientes las bondades de estos elementos de origen natural.

En los últimos tiempos hubo un auge de estos productos con la consecuente irrupción de fabricantes y tiendas en todo el país. Según datos del diario Página 12, Argentina era el fabricante mayor en la región en la década del 60. Por eso los juguetes de madera mueven la memoria emotiva de cuarentones o cincuentones que crecieron con soldaditos de madera, por ejemplo. En la actualidad, la producción se volcó a fines educativos, aunque sin descuidar el entretenimiento familiar.

“Tenemos la torre de maderitas, muy conocida bajo su nombre comercial, que es muy buscada por las familias”, contó Laura, que lidera el local Diada Juegos, en San Justo y señaló que otra característica de los juguetes de madera es “la estimulación cognitiva y motriz del niño y la durabilidad”.

Para la docente, el interés se debe a “cambios en modos de crianza más libres y respetuosos de los deseos de los niños”. Además, contó que los juegos “ayudan al encuentro familiar” y “alejan a chicos y grandes de las pantallas”. En ese sentido, recordó que los médicos recomiendan que las criaturas empiecen a usar los dispositivos electrónicos después de los dos años de edad.