Los comedores de La Matanza, en alerta

Referentes barriales declararon la emergencia en niñez y ponen el foco sobre la grave situación que atraviesan las infancias y muchos espacios comunitarios tras los recortes del gobierno nacional.

Cada vez más niñas, niños y adolescentes llegan a los comedores comunitarios en busca de un plato de comida. Frente a esta realidad, referentes que trabajan en la promoción, protección y restitución de derechos en la infancia de La Matanza declararon la “emergencia en niñez” y alertaron en una carta abierta que los recortes del gobierno nacional afectan directamente el futuro de chicas y chicos. 

“Hay una cantidad muy grande de pibes que vienen con hambre a los espacios grupales. Los chicos están muy pendientes de qué merienda se les va a servir en ese momento, alimentos que antes capaz los aburrían, porque comen reiteradas veces, ahora los devoran”, destacó Gastón Bortot, técnico educativo de la sede Uniendo Barrios de San Justo

Bortot también enfatizó que estos espacios contienen y actúan como refugio cuando el Estado se muestra ausente. Según el referente, “cada vez hay menos cupos para los bolsones y se termina recorriendo mucho a los comedores comunitarios, pero están colapsados, no están pudiendo cubrir la demanda”. En este sentido, remarcó: “Muchos espacios que tenían recursos, ahora están siendo desfinanciados”.

Para los comedores, la salida es colectiva

Analía Ríos, representante del comedor “Rincón de Luz”, ubicado en Gregorio de Laferrere, se refirió al momento actual que viene atravesando el barrio debido al cierre forzado de muchos espacios comunitarios. “Este año dejaron de funcionar  un montón de comedores. No pudimos trabajar porque nos sacaron la ayuda. Ahora estamos haciendo un trabajo de acompañamiento”, destacó. 

Participante del Consejo Municipal de Niñez y Adolescencia, Ríos también mencionó el impacto que la crisis económica viene teniendo en relación a la escolaridad, ya que muchas familias piensan que “estudiar no es necesario”. 

Por otra parte, Rosana, del comedor “Milagros”, señaló que este año la demanda aumentó considerablemente: “Al comedor vienen 57 familias, más de 300 personas diarias. Los lunes, miércoles y viernes hacemos almuerzo mientras que los jueves y viernes ofrecemos merienda”. El espacio no sólo destina sus esfuerzos a la asistencia sino que también apuesta a la formación. “Tenemos plan Fines, el programa Envión y en el verano hay colonia”, agregó la referente.

Muchos de los comedores que antes contaban con recursos a nivel nacional fueron desfinanciados. Los referentes señalan que sólo un pequeño porcentaje que tiene programas municipales específicos pueden hacer frente a esta creciente demanda. Una vez más, en tiempos de crisis, las donaciones, el boca a boca y el trabajo a pulmón son fundamentales porque “nadie se salva solo”.

Por Alexis Troiano, en el marco del Taller de Gráfica VI de la carrera de Comunicación Social de la UNLaM.