La organización Vecinos en Alerta Ramos Mejía cumple diez años
El grupo vecinal celebra una década en funcionamiento.
Se cumplen diez años de Vecinos en Alerta Ramos Mejía, una organización vecinal con más de 40.000 integrantes que apoya a víctimas de crímenes en la zona y busca, día a día, prevenir la inseguridad y hacer llegar los reclamos de los ciudadanos. Daniel Bracamonte, titular de la organización, dialogó con en El1 Digital sobre el camino transitado en este tiempo y comentó: “Se ha formado una unión entre varias localidades de La Matanza en las que pudimos llevar esta iniciativa para que los vecinos tuvieran un espacio donde expresar lo que les sucede y padecen día tras día”.
Aunque, según reconoció, no todo es positivo: “Me hubiera gustado que en este país este tipo de reclamos hubieran sido atendidos y se hubiera empezado a trabajar en forma honesta para terminar con este gran flagelo, tan doloroso, que tanto mal nos hace a todos”, reclamó. Por eso, expresó que los hechos delictivos siguen y seguirán ocurriendo si quienes tienen la “posibilidad de solucionarlo” no lo hacen.
A pesar de esto, Bracamonte rescató “el tema de la unión entre los vecinos”, que, según enfatizó, quedó demostrada en las marchas de justicia por Roberto Sabo, el kiosquero ramense asesinado. “Es interminable la lista en que el factor común es el desprecio por la vida que tienen estos malvivientes”, agregó.
El referente vecinal de Ramos Mejía también hizo un posteo en Facebook donde agradeció por los “10 años de trabajo desinteresado de vecinos trabajando para su comunidad” y recordó a Juan Diego Covello, el joven cuyo asesinato tras un robo inició el proyecto de Vecinos en Alerta. “Queremos vivir en paz, queremos vivir”, reiteró.
“Esta es la verdadera unión vecinal en que todos juntos vamos a conseguir nuestro objetivo y para eso les pido queridos vecinos que mas allá de las diferencias nos encontremos, en al menos un punto en común, que sigamos unidos y que participemos y animemos a otros a participar, desde el corazón y el verdadero sentimiento de empatía”, demandó Bracamonte.
“Cada vez que nos arrancan a un vecino siento que les fallé, que no alcanzó, que quiero mandar todo al demonio”, planteó en su publicación, pero reconoció: “Acá estamos, diez años después, juntos, pidiendo justicia por otros que nos quitaron, acompañando a las familias que nos piden ayuda”.