Huertas comunitarias en La Matanza: cada vez más vecinos se animan a la cosecha propia

Más de 3.000 vecinos matanceros integran proyectos de horticultura urbana acompañados por el Municipio. Para muchos, no es solo una satisfacción personal, sino un sostén económico familiar y una forma de fortalecer lazos barriales.

Tiempos de pandemia. Oscar Clotet, vecino de Villa Luzuriaga, empezó a buscar información sobre huertas, siembras y cosechas sin imaginar que eso se convertiría en un proyecto de vida para él y su familia. “Empezamos con lechuga, tomate, lo básico. En diciembre de 2020, nos agarró COVID-19 y teníamos nuestras propias verduras. Ahí nos dimos cuenta de lo importante que era tener una huerta familiar”, relató sobre sus comienzos como horticultor urbano. 

Algo que empezó casi como un hobby, se fue profesionalizando y se transformó en una herramienta de ayuda social. “En esos tiempos estaba todo caro, por eso empezamos a trabajar en una organización social para distribuir semillas en Virrey del Pino y otras localidades cercanas por medio del INTA”, relató entusiasmado. Actualmente, Oscar es coordinador de varias huertas y desarrolla talleres con apoyo municipal para transmitir los conocimientos que fue adquiriendo en estos últimos años.

En esas primeras visitas a huertas familiares, buscó, sobre todo, dar a conocer los beneficios de la economía social: “Hay mucha gente que no llega a cubrir el consumo de verduras, por eso inculcamos tener su plantita de lechuga, de tomate. Esa primera experiencia terminó siendo un éxito: cosechamos prácticamente todo”, detalló. Por eso, el objetivo del proyecto es incrementar la disponibilidad, accesibilidad y variedad de alimentos mediante su autoproducción.

“La huerta nos sana el alma

Carrie Avello es otra vecina que se animó a poner las manos en la tierra. “Esto de la huerta nos sana el alma. Es una forma de reconectar con uno mismo, es gratificante”, destacó. Actualmente, es coordinadora del comedor Libres del Sur, donde llevan a cabo actividades para aprender a sembrar y cosechar. “A futuro -continúa-, proyectamos hacer una huerta comunitaria... sabemos que necesitamos el espacio para trabajar con los vecinos, es el sueño que tenemos”.

El Estado y su vínculo con la comunidad

A pesar del desfinanciamiento de muchos programas por parte del Gobierno nacional, el Municipio sigue fortaleciendo el desarrollo local a través deHuertas Matanceras, un proyecto que tiene como objetivo mejorar la seguridad alimentaria urbana, periurbana y rural. A través de talleres, charlas y asesoramiento, no solo proporciona recursos y capacitación, sino que también fomenta el intercambio de experiencias entre los horticultores. 

“Alrededor de 3.000 familias han estado involucradas en la creación de huertas comunitarias, así como muchos estudiantes que se han sumado a estos proyectos”, detalló Gonzalo Pares, ingeniero agrónomo del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), integrante del proyecto municipal. 

Este organismo actúa como un nexo con la comunidad colaborando estrechamente con referentes de huertas familiares, como Oscar o Carrie, y manteniendo una conexión activa con los vecinos de cada barrio. 

Por Alexis Troiano, en el marco del Taller de Gráfica VI de la Licenciatura en Comunicación Social de la UNLaM.