Estudio de opinión de la UNLaM: más del 80 por ciento ve a “la salud mental como una parte integral de la salud”
La necesidad de que la salud mental sea una prioridad de los gobiernos en todos los niveles y atender padecimientos como ansiedad, depresión, trastornos del sueño, duelo y problemas de convivencia, algunos de los puntos claves de la encuesta.
El Observatorio Social de la Universidad Nacional de La Matanza (UNLaM) realizó un nuevo estudio de opinión pública en base a una muestra de 1.800 casos mayores de 16 años que residen en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) y que reflejó que más del 80 por ciento de la población encuestada considera a "la salud mental como una parte integral de la salud" y que debe ser una prioridad de los gobiernos en todos los niveles.
“Más del 80 por ciento de la población encuestada expresa estar de acuerdo con que ‘no hay salud sin salud mental’, ‘La salud mental es una parte integral de la salud y va más allá de la ausencia de trastornos mentales’, ‘la pandemia de COVID-19 ha expuesto la necesidad de que la salud mental sea una prioridad en los sistemas de salud nacionales y locales’. Apenas un 4,7 por ciento considera que la atención de la salud no debe ser gratuita y brindada por el Estado. Y el 75 por ciento considera que la atención en salud mental debe ofrecerse a la población en general y no solo a quienes padecen patologías graves o crónicas”, detallaron en la encuesta.
En este sentido, remarcaron: “La etapa inicial del plan Nacional de Salud Mental 2021-2025 y del Plan de Salud Mental de la Provincia de Buenos Aires 2022-2027 junto al interés público en la Salud Mental despertado por la pandemia de COVID-19 constituyen una oportunidad histórica. Es el momento para desplegar estrategias que impulsen una definitiva transición del modelo manicomial al modelo de salud integral como un derecho humano en el que los componentes mentales de la salud se consideren fundamentales”.
“El gobierno que asuma el poder en diciembre de este año deberá gestionar los planes de salud mental durante, parte o todo su mandato, como es el caso de la Provincia de Buenos Aires. Continuar con la estrategia establecida en los respectivos planes o cambiarlas radicalmente no debería responder a la ideología del partido político que triunfe en la contienda electoral, sino a la evaluación de las políticas implementadas y a la importancia que se le otorgue a la salud y a sus dimensiones mentales para el bienestar de las personas y la sociedad”, instaron.
Padecimientos a atender
Las personas de entre 16 y 34 años son las que más se movilizaron para acceder a servicios de atención en salud mental. Los principales motivos por los que consultó el total de la población encuestada son los padecimientos reconocidos como ansiedad y depresión seguidos con casi la mitad de frecuencia por trastornos del sueño, duelo y problemas de convivencia. Los varones consultaron un diez por ciento menos que las mujeres y con un perfil de demanda muy diferente. “Ellas” consultan más por ansiedad y duelo; “ellos”, por trastornos del sueño, dificultad en las relaciones entre pares y en la misma proporción la categoría “otros”, destacando la imposibilidad de nombrar el padecimiento con las nomenclaturas usuales.
“Este perfil epidemiológico diferenciado da cuenta de problemas de salud mental que exceden lo personal y requieren de estrategias de políticas públicas integrales que equilibren las tareas de cuidado y transformen los estereotipos de género. Más allá del sexo biológico de quienes consultaron en el último mes, casi el 70 por ciento respondió que estos padecimientos constituyeron un obstáculo para la realización de las actividades cotidianas”, explicaron.
Sobre las consultas
El principal motivo entre quienes no realizaron consultas de salud mental es “porque no lo necesite” con un 79,4 por ciento. Solo un 6,5 refirió que los padecimientos en salud mental afectaron la realización de actividades cotidianas. Los siguientes motivos en orden de frecuencia son: “porque es costoso” con un 8,9; un 8,3 afirma que el estado o las obras sociales no cubren el servicio, mientras un 4 por ciento recurre a terapias alternativas.
Sobre la accesibilidad
En relación a la facilidad o no para acceder al servicio de salud mental, el 54,8 por ciento consideró que el servicio fue poco o nada accesible y un 44,3 por ciento tardó más de un mes en conseguir turno. Asimismo, a un diez por ciento más de mujeres los servicios de salud mental les resultaron nada accesibles. Además, la población con estudios terciarios o universitarios incompletos representa el mayor porcentaje de personas a las que los servicios de salud mental les resultaron Nada y Poco Accesibles.
“El 33,5 por ciento identificó el plazo mayor a un mes como un obstáculo para el acceso, la falta de recursos económicos y la falta de profesionales en los servicios con alrededor de un 22 por ciento cada uno y la falta de proximidad de los servicios con un 17,2 por ciento describen más del 60 por ciento de las dificultades de acceso”, puntualizaron.
De lo privado a lo público, del servicio al derecho
Según la encuesta, el 50 por ciento de las consultas fueron realizadas en el sector privado casi en la misma medida sin distinción de sexo, nivel de estudios o lugar de residencia. Un 28,5 por ciento en el sector de obra social, con mayor presencia de varones, con estudios universitarios completos, con residencia en la CABA y solo un 20,4 consultaron en el sector público con más presencia de mujeres, personas con menor nivel educativo, con residencia en el AMBA.
“El acceso preferente a servicios privados frente al subsistema de las obras sociales y al subsistema público expresan la persistencia de la salud mental y la psicoterapia como un servicio al que acceden quienes pueden pagar y no como un derecho que debe ser garantizado por el sistema de salud en su totalidad”, alertaron. Sin embargo, de acuerdo al estudio de opinión, más allá de las consultas efectivas, que mayoritariamente se hacen en el sector privado, ante un eventual padecimiento el 66,8 por ciento de los encuestados refirió que se atenderían en las obras sociales o en el sistema público.
Por último, destacaron: “El sistema de salud ocupa un lugar central en las expectativas de salud mental de la población, son las responsables de atender la salud mental de forma gratuita con un 87,4 por ciento de coincidencia; seguidas por las instituciones educativas con un 28 por ciento. Respecto a estas últimas, un 94 por ciento considera que deben ser un espacio de detección de problemáticas y de promoción de la salud mental”.