El Patrono del Pan y del Trabajo: se celebra un nuevo Día de San Cayetano
Considerado un símbolo de fe y generosidad, cada 7 de agosto su santuario situado en el barrio porteño de Liniers es visitado masivamente por fieles de todo el país bajo la oración “Que no nos falte el pan, la paz y el trabajo”.
“Que no nos falte el pan, la paz y el trabajo”. Bajo esta oración, millones de devotos de todo el país concurren al barrio porteño de Liniers para pedir y agradecer a San Cayetano, el “Padre de la Providencia”, considerado un símbolo de fe y generosidad. Como cada 7 de agosto, su santuario es visitado masivamente por fieles, quienes le ofrendan espigas, cintas rojas y velas.
Desde la medianoche, el santuario situado en Cuzco 150 abrió sus puertas y comenzó a recibir a cientos de peregrinos que, desde hace días, acamparon fuera de la iglesia con el objetivo de apersonarse frente a la imagen del Patrono del Pan y del Trabajo. Según Gustavo Carrara, obispo auxiliar y vicario general de Buenos Aires, no solo hay pedidos concretos, también predominan los agradecimientos de los fieles.
“Emociona escuchar a los peregrinos con sus historias de fe y de devoción. No vienen a pedir solo por ellos y sus familias, también lo hacen por sus barrios y por la patria. Incluso, muchos ya tienen trabajo, y vienen a agradecer. Es un testimonio de fe impresionante”, aseguró en comunicación con Radio Universidad.
El martes por la noche, padres y curas de barrios matanceros también comenzaron a peregrinar hacia el barrio de Liniers, bajo el mismo pedido de pan, paz y trabajo. “Es lo que queremos, vivir con dignidad y bien. La situación actual está difícil, sobre todo en barrios populares, pero la gente es muy luchadora y hay muchos ejemplos de solidaridad”, expresó.
La vida del Patrono del Pan y del Trabajo
Nacido el 1 de octubre de 1480 en la ciudad italiana de Vicenza, Cayetano de Thiene originalmente estudió Derecho en la Universidad de Padua. No obstante, a los 26 años se mudó a Roma para comenzar su carrera en la religión. En sus inicios, ocupó el cargo de secretario privado del papa Julio II, y tras el fallecimiento del Sumo Pontífice, decidió convertirse en sacerdote.
Es así como fundó la sociedad Oratorio del Amor Divino y la Orden de Clérigos Regulares Teatinos, una organización religiosa que se caracterizaba por costumbres austeras. Asimismo, renunciar a los bienes individuales era una de las principales premisas. Como resultado, Cayetano, quien pertenecía a una familia bien posicionada económicamente, donó todo su dinero y se mantuvo alejado de las limosnas.
Recordado por asistir a los pobres y los enfermos en el marco de varios viajes, falleció el 7 de agosto de 1547, a los 66 años. Días previos a su muerte, y a pesar de su delicado estado de salud, se negó a descansar. Continuó realizando actos desinteresados hacia muchos creyentes, quienes manifestaron haber experimentado milagros por medio de su intercesión.
En 1629 fue beatificado por el papa Urbano VIII, mientras que fue canonizado en 1971, en manos del papa Clemente X.
El vínculo de San Cayetano con Argentina
En Argentina, la figura de San Cayetano representa la lucha diaria de necesidades vitales y básicas: el pan y el trabajo. Su historia en la región se remonta a la década de 1930, específicamente durante la crisis económica. Durante este período, el Padre Domingo Falgioni, párroco de Liniers entre 1928 y 1938, promovió la devoción al santo en el contexto de las dificultades que enfrentaba las familias de la comunidad.
Este cura fue el responsable de crear una estampa de San Cayetano con el niño Jesús y una espiga de trigo, que pasó a identificarlo como el Patrono del Pan y del Trabajo, en tiempos donde el alimento y el empleo no abundaba en los sectores más vulnerables. Con la promoción de la oración a San Cayetano, se expandió la confianza en su intercesión divina.