Día Nacional del Árbol: la necesidad de preservar las especies para garantizar el bienestar

La fecha fue instituida por Estanislao Zeballos, periodista, escritor y dos veces director de la Sociedad Rural con el objetivo de concientizar sobre su cuidado y protección desde la política pública.

Desde 1901, cada 29 de agosto en Argentina se celebra el Día Nacional del Árbol, fecha instituida en 1900 por el Consejo Nacional de Educación por iniciativa de Estanislao Zeballos, periodista, escritor y dos veces director de la Sociedad Rural, con el fin de concientizar sobre el cuidado y la protección de las superficies arboladas desde la política pública. Entre sus numerosas y vitales funciones, los árboles oxigenan el aire, protegen el suelo y reducen los efectos del calentamiento global.

Sin embargo, Argentina se encuentra entre los diez países que más desmontaron árboles en las últimas tres décadas. Acorde a Greenpeace, se perdieron cerca de ocho millones de hectáreas, lo que equivale a la superficie de la provincia de Entre Ríos. El 80 por ciento de la deforestación se concentra en Salta, Santiago del Estero, Chaco y Formosa.

En este contexto, Delia Claro, integrante de la comunidad indígena Tres Ombúes, dialogó con El1 Digital sobre la importancia en la preservación de las especies y la falta de cuidado por parte de las sociedades. “El principal problema radica en que los seres humanos nos creemos superiores a los árboles y, con ese criterio, los utilizamos, abusamos y destruimos. No nos damos cuenta que tienen los mismos derechos que nosotros, por eso avasallamos todos los recursos que nos da la naturaleza”, aseguró.

Entre las especies arbóreas de gran valor que forman parte de la diversidad biológica protegida en los Parques Nacionales de todo el país, se destaca el Alerce, la segunda especie viviente más longeva del mundo, ubicado en el Parque Nacional Los Alerces de la provincia de Chubut, el cual alberga un bosque milenario de estos árboles con ejemplares que alcanzan los 2.600 años de existencia.

En la región patagónica, el Parque Nacional Lanín de la provincia de Neuquén cuenta con el pehuén, una especie conífera considerada un “fósil viviente” ya que puede superar los 1.300 años y medir cincuenta metros de altura. Mientras tanto, el norte del país alberga al quebracho colorado chaqueño, una especie de madera resistente y corteza agrietada que supera los veinte metros de altura y se conserva en los Parque Nacionales Río Pilcomayo, Mburucuyá, Chaco, El Impenetrable y la Reserva Natural Educativa Colonia Benítez.

“Los árboles tienen una memoria que recorre por su savia, y el ser humano se debe dar cuenta que sin ellos no podríamos vivir. Los pueblos originarios tenemos esa conciencia y siempre los hemos respetado; en cada ceremonia honramos a cada ser vivo, los tenemos presentes siempre”, añadió.

Al ser consultada sobre las acciones que deberían implementarse para preservar las especies arboladas, Claro sostuvo que cada persona “tiene que darse el tiempo para apreciar todo lo que tienen a su alrededor”. “Un árbol, una planta o un animal, para la ciencia son factores bióticos y abióticos, objetos. Para empezar a tener más conciencia, lo que un adulto podría hacer es comenzar a acercar a los niños hacia las reservas, que sientan la naturaleza y entiendan lo que ella significa y hace por nosotros”, cerró.