Crímenes de lesa humanidad en Puente 12: luego de ser postergado, comienza el tercer tramo del juicio oral

En diciembre de 2020, se elevó a juicio oral el tercer tramo de la causa por los crímenes de lesa humanidad perpetrados en el Centro Clandestino de Detención Tortura y Exterminio Puente 12, que operó en la intersección de Camino de Cintura y la Autopista Riccheri, con una fecha estimada de inicio para octubre de 2022 pero, tres días antes de su inicio, fue postergado. Finalmente, este lunes comenzó en el Tribunal Oral Federal 6 el juicio que abarcará a 185 casos.

Por primera vez, llegan a debate oral todos los casos de 1974, 1975 y los ocurridos en la primera mitad de 1976. De esta manera, más de la mitad de los casos, son nuevos. “Es una buena noticia que lleguen a juicio por este centro clandestino casos que son anteriores al golpe militar, porque el terrorismo de Estado empezó mucho antes y el Estado democrático también lo ejerció”, expresó Alejandra Cravello, integrante de la Comisión Vesubio y Puente 12 e hija de Ricardo Cravello, desaparecido en el centro clandestino Puente 12, en comunicación con El1 Digital.

De esta manera, familiares y sobrevivientes que nunca brindaron su testimonio tendrán la oportunidad de hacerlo, mientras que se incorporarán con lectura y anexos las declaraciones de tramos anteriores. Según Cravello, son 50 los querellantes e incluyen a personas físicas y jurídicas, tales como la Facultad de Filosofía de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y metrodelegados del Subte.

“Es simbólico poder acceder a un poquito de justicia: en el caso de mi familia, después de 48 años, los dos únicos imputados son dos policías de la bonaerense. Si bien tienen su responsabilidad, oficiaban de guardias y uno de ellos formaba parte de alguna de las patotas. Sin embargo, Puente 12 dependió del Ejército directamente, del Batallón 601 de Inteligencia y, en nuestros casos, no hay ningún imputado de esa fuerza”, denunció.

Para Cravello, “falta investigar” la causa y las “conexiones con los Regimientos 3 de La Tablada y 6 de Mercedes”. “Con un recorrido de 20 años de juicios de lesa y de investigación, queda un sabor a poco, aunque sí es reparador llegar a obtener algo de justicia. Es simbólico e importante que se puedan escuchar nuestras historias, y si bien dista mucho de lo que debiera ser, no deja de ser reparador de todas formas”, agregó.

Carrera contrarreloj

Al ser consultada sobre la posible extensión del juicio, Cravello detalló que, debido a que los tribunales orales federales destinan una audiencia semanal “de muy pocas horas” a los juicios de lesa humanidad, que cuentan con “tres testimonios”, llevará aproximadamente “dos años de debate”. “Estamos en una carrera contrarreloj contra la impunidad biológica: los juicios son largos y los acusados, sobrevivientes y testigos son personas grandes”, ponderó.

Asimismo, explicó que, para que el juicio se desarrolle con mayor velocidad, “tiene que haber una decisión de la Justicia Federal y de la Cámara de Casación Penal” que le asignen a las causas de lesa humanidad prioridad ya que “son las más antiguos en el tiempo”. “No tenemos 20 años más de vida de los imputados ni de las víctimas sobrevivientes o de los familiares. Es aquí y ahora que se debe tomar una determinación: vamos camino a juicios por la verdad cuando, todavía, hay mucho por juzgar y justicia por administrar. Queda mucho por hacer y el tiempo se escurre”, cerró.