24M: “Debemos recordar este día para que no se repita”, instan sobrevivientes de El Vesubio
Daniel Wejchenberg, sobreviviente del centro clandestino de detención que funcionó en Aldo Bonzi, habló sobre la importancia de esta fecha y la necesidad de reivindicar la memoria.
El 24 de marzo busca reivindicar la Memoria, la Verdad y la Justicia por las víctimas que sufrieron persecuciones, torturas y muertes en la última dictadura argentina. Durante ese autodenominado Proceso de Reorganización Nacional, en La Matanza se registraron 600 desapariciones y trece centros de detención clandestinos, de acuerdo con datos de la CONADEP.
Daniel Wejchenberg, sobreviviente del centro clandestino de detención El Vesubio, ubicado en la localidad de Aldo Bonzi, remarcó en Radio Universidad que este fecha debe ser recordada “para que no se repita”. “Estamos pasando por un momento complicado. Hay intentos de negacionismo, de no reconocer lo que pasó y que no son 30.000”, planteó.
“Pienso que volver a discutir esto tiene una causa económica, fundamentalmente. Siempre digo que no fue (Jorge Rafael) Videla quien puso a (José Alfredo) Martínez de Hoz como ministro (Economía), sino que fue Martínez de Hoz quien puso a Videla como presidente”, determinó Wejchenberg.
De este modo, Wejchenberg recordó que, igual que en la dictadura “el objetivo de la represión fue cambiar el modelo económico”, actualmente “también está el intento de hacer un cambio profundo del modelo económico”. Por eso “tal vez piensan que se necesita traer a los militares de vuelta”, alertó.
24M: la lucha por sobrevivir
A los 25 años, Wejchenberg fue allanado ilegalmente y secuestrado en su casa. Le colocaron una capucha, lo ataron y lo llevaron a El Vesubio. Allí, al igual que muchos, fue torturado, pasó hambre y presenció la matanza de decenas de sus compañeros. Sin embargo, luego de diez meses de tormento, corrió con la suerte de ser uno de los 35 prisioneros que lograron escapar.
Al salir, se encontró con su esposa, su familia y su hija de tan solo ocho meses de vida. En ese momento, narró Daniel, “se vivió una situación de miedo donde no se podía hablar”. Algunos de los sobrevivientes se exiliaron a otros países. El resto se quedó, pero “con miedo”.
Fue recién con la asunción de Raúl Alfonsín como Presidente en 1983, y el Juicio a las Juntas Militares, que todos los que habían sido víctimas de la dictadura sintieron tan solo un poco más de seguridad para contar en público todo lo que habían vivido.
Incluso, Wejchenberg testificó en el reconocido proceso judicial de 1985. Sin embargo, junto a su esposa les explicaron a sus hijos de cinco y siete años a qué se estaban enfrentando y por qué, al mismo tiempo, estaban realizando el trámite de sus pasaportes.
“Yo creo que este 24 es más importante que nunca. Es como cuando se hizo el 2x1. Debemos salir todos juntos para dar marcha atrás. Se trata de mostrar que no queremos el negacionismo y que es una porción muy importante del pueblo la que lo expresa”, finalizó el sobreviviente de la dictadura.