Para el oficialismo matancero, “hay un intento por desestabilizar y alguien está detrás”

Espinoza viene acumulando semanas de episodios que pusieron al Distrito en el centro de la escena, con la multitudinaria marcha que montaron los municipales como uno de los puntos más altos de tensión de un conflicto que no supo saldar a tiempo. El intendente reunió al PJ para cerrar filas, convencido de que es eje de una maniobra que busca esmerilar su poder.

Con el malestar a flor de piel después de la multitudinaria movilización que el dirigente sindical de los municipales matanceros, Daniel Troncoso, le había llevado un día antes hasta las puertas del Palacio Almafuerte, el intendente, Fernando Espinoza, juntó este sábado a sus dirigentes de confianza para reactivar al PJ local y reorientar el rumbo de su gestión, ya asediada por la crisis económica, la inseguridad, las tomas de tierras y, ahora, por este conflicto con los estatales. 

En el peronismo matancero, entienden que la embestida del titular de los municipales bonaerenses, Rubén “Cholo” García, quien se involucró de manera muy personal en el conflicto y puso en duda el nivel de justicialismo en sangre de Espinoza, responde a una jugada que viene de más arriba y apunta a esmerilar el poder del intendente del distrito más importante de la Provincia en términos electorales. “García vino a hacer campaña política en La Matanza y lo mandaron a romper acá. Los cañones lo están apuntando, Fernando lo sabe y quiso ordenar la tropa”, analizó uno de los dirigentes convocados, en estricto off, al igual que la mayoría de los referentes que reconstruyeron, en diálogo con El1 Digital, la charla de este fin de semana. 

El encuentro central tuvo lugar el sábado por la tarde, después de la conversación que el jefe comunal compartió, por videoconferencia, con el periodista Víctor Hugo Morales, en el marco de la Feria del Libro local. “La batalla cultural”, se llamó esa charla. “La batalla por el territorio”, podría haberse titulado el encuentro que la sucedió en la sede municipal, donde, hasta las diez de la noche, Espinoza convocó a los concejales Liliana Pintos, Ricardo Rolleri, Rolando Galván y Marisa Guerín; al vicejefe de Gabinete, Daniel Barrera, y a Marcelo López, otro integrante del Consejo del PJ matancero.  

Por el movimiento obrero, llamó a Marcelo Barreiro, de Las 62 Organizaciones Peronistas, y a Mario Ortiz, referente de la CGT regional La Matanza. La bajada de línea se replicó, luego, en una reunión que el bloque de concejales oficialistas tuvo el miércoles para que se alineen al discurso “y tengan en claro cuál es la situación”.“Hay una embestida, un intento de desestabilizar y alguien está detrás”, les dijo el intendente en ese encuentro a sus referentes de confianza. 

La lógica que sigue Espinoza es que las reuniones que había mantenido con Troncoso para cerrar la paritaria salarial habían culminado en un principio de acuerdo pero, para su supuesta sorpresa, terminó escalando hasta terminar en una marcha de más de 1.700 personas que, según relatan los municipales de varias décadas de trabajo, no se repetía desde la década de los 90’s, cuando Juan Carlos Sluga se le plantó al entonces intendente, Héctor Cozzi.  

Por eso, el PJ local ve otro tipo de intencionalidad. En ese estado de situación, Espinoza buscó unificar el discurso sobre los bolsillos flacos que aquejan a su administración: repasó que la recaudación cayó un 60 por ciento por la pandemia y que se pasó de entregar 100.000 bolsones de comidas mensuales a 300.000, lo que insume un gasto de 500 millones de pesos por mes. “Solamente en ese punto, se llevan gastados 3.000 millones de pesos desde el comienzo de la pandemia y, de afuera, nos mandaron 300 millones. Ese es el cuadro de situación”, relató, en un tiro por elevación al Gobernador, Axel Kicillof. 

“Eso no implica desconocer que el reclamo salarial es legítimo y que los sueldos necesitan recomponerse, pero estábamos en medio de la negociación y metieron la mano políticamente desde afuera para usar el conflicto como una tribuna para insultar al intendente y eso se desmadró. A Troncoso, García lo usó políticamente”, agregó otro de los intervinientes en la reunión de la mesa chica, desde donde tampoco vislumbran un futuro promisorio para el titular del sindicato municipal. “Otro aumento (diferente al otorgado por decreto) no va a aparecer y los dirigentes han llevado a los trabajadores a ese error. Tensaron la cuerda, ensuciaron la relación con el Ejecutivo y no van a poder contener a las bases”, analizaron.  

Desde el sindicalismo, aprovecharon la ocasión para aclarar su posición con respecto al reclamo. Ortiz y Barreiro habían participado de la conferencia de prensa del 1 de septiembre en la que Troncoso anunció que retomaba el plan de lucha. Cuando llegó el turno de García, que se había sumado a la mesa, sorprendió con su nivel de críticas a Espinoza y con la acusación de comportarse como un intendente “amarillo”. 

Por eso, Ortiz explicó a este medio que le manifestó a Espinoza “que la CGT tiene una posición de apoyo con el reclamo por el salario, pero no con la forma del “Cholo” García”. “Le dejé en claro que no estábamos de acuerdo con la falta de respeto a un hombre que fue tres veces electo intendente y que esas manifestaciones eran, también, una falta de respeto a la democracia y hacerle el juego a los amarillos para que se prendan en esto. Nunca me reclamó nada, pero quise aclararlo”, agregó en ese sentido y, en cuanto al encuentro en general, valoró que “se ponga en funcionamiento el partido para reactivarlo después de tantos meses de pandemia”. “Lo están golpeando por todos lados y hay que ser cuidadosos”, observó. 

El peronismo también ve como un indicio de estos movimientos contra Espinoza a las últimas declaraciones de la diputada provincial María Laura Ramírez, quien, esta semana, decidió meterse en el tema de los municipales y le reclamó “que empiece a visibilizar lo que está sucediendo con sus pares”. “Solamente, están pidiendo diálogo y ser escuchados. No es difícil, es una decisión política”, sorprendió la legisladora, de pasado ultraespinozista, quien parece haber mutado su postura desde su banca en la Legislatura bonaerense, donde integra el bloque del Frente de Todos que conduce Facundo Tignanelli. 

Ramírez fue más allá y comparó el salario básico de los municipales matanceros con “el monto que tiene el IFE”. “Si eso se quiere llevar, por decisión política del Presidente, de 10.000 a 17.000 pesos, no podemos dejar ajenos a los trabajadores municipales que la están pasando mal con esta crisis que se agudizó por la pandemia. Si un trabajador municipal está cobrando 10.000 pesos, tenemos que cuestionarnos si somos peronistas. Si hablamos de solidaridad, tenemos que ir a los hechos concretos. Si estamos hablando de sueldo, nos referimos a la plata del pueblo. Si no lo puede dar (al aumento), que se siente a hablar y a explicar por qué no puede hacerlo”, agregó la diputada. 

“Se la quieren comer cruda. No se puede entender lo que hizo, era ‘fernandista’ a muerte, mataba por Espinoza y, ahora, desconoce todo el ABC del peronismo. No puede ser tan ingenua de saber que alguien la está usando y, el día de mañana, se la van a hacer pagar, porque, a donde vaya, va a llevar el cartel de Fernando Espinoza en la frente”, relató otro de los referentes matanceros que participó de estos encuentros, sorprendido por la mutación de Ramírez, con quien había compartido militancia.  

La vicegobernadora bonaerense, Verónica Magario, también mira con preocupación al pago chico y, este viernes por la tarde, bajará un mensaje a la dirigencia local por videoconferencia. “La pandemia trae aparejado los problemas sociales y la idea es estar alerta y empezar a ordenar el territorio para darle contenido político a lo que se hizo en este tiempo. No militamos en Cáritas, sino en un proyecto político”, expresó uno de los dirigentes de la mesa chica con mucho recorrido territorial en la pandemia. “Mientras el PJ esté enfilado, no van a poder entrar de afuera. Donde manda capitán, no manda marinero”, repiten. Un poco convencidos y, otro poco, para no perder la calma.