Para Estados Unidos, primero el interés nacional y luego los amigos
El analista internacional Alejandro Laurnagaray dialogó en Radio Universidad sobre el triunfo de Donald Trump en las elecciones presidenciales de Estados Unidos. En ese sentido, el licenciado que ya había anticipado la victoria sostuvo que “no significa que Argentina ahora se va a ‘salvar’”.
por Alejandro Laurnagaray*
En Estados Unidos hay entre 30 y 40 encuestadoras de las cuales la mayoría tienen un sesgo estadístico muy importante, un margen de error muy importante. El sesgo estadístico está cuando no logras captar en la cantidad de gente que vos consultas la representatividad general de la sociedad.
Acá cuando se hacen las encuestas se busca en los distintos barrios, por poder adquisitivo, educación. Muchas veces hay un sesgo adrede y otras veces de falla, pero hay muy pocas encuestadoras que minimizan ese sesgo estadístico y además está el sesgo de los medios de comunicación masivos. En Estados Unidos incluso es adrede, anunciado y asumido. Incluso desde antes que Donald Trump ganara la elección del 2016, no tenía buena relación con los medios masivos.
Para analizar la política norteamericana no hay que solamente guiarse por los títulos de los medios, hay que buscar profundamente. Cuando se dice que ‘el voto latino va para (Kamala) Harris porque Trump es un racista’, en realidad es una afirmación muy superficial. Hay que conocer al latino norteamericano. No todos los latinos que viven legalmente en Estados Unidos piensan así.
La política no siempre es racional y la decisión de los votantes tampoco es siempre racional. El ser humano tiene un aspecto racional y uno irracional, emocional, guidado por distintos sesgos o algún tipo de manipulación. Pasa en muchos países del mundo. (Trump) Tuvo un voto latino importante, un voto de color importante, incluso de musulmanes. Hay que comprender la historia del voto norteamericano y cómo ve realmente la sociedad norteamericana a Donald Trump que no es de la misma manera que llega a los medios masivos acá en Argentina. Los medios que más se replican acá son los que están en contra de Trump.
Estados Unidos como toda potencia y como todo país que se digne de ser un actor de significancia en el mundo se maneja desde lo que se llama en relaciones internacionales la selfhelp, la autoayuda. Primero el interes nacional, luego están los amigos, los aliados, los contrincantes, si me cae bien o si me cae mal. Para estos países está primero el interés nacional. Por más que Milei sea amigote, se siente con el o lo salude, no veo diferencia con lo que hubiera pasado si ganaban los demócratas.
Quizá se pueda acelerar (o no) un poquito algún acuerdo con el FMI, pero para la Argentina siempre es un salvavidas de plomo. Argentina está en una situación complicada por distintos factores, pero no es que la Argentina ahora se va a “salvar” o que la va a “salvar” la ayuda de Estados Unidos. No, Argentina y la región están en una situación complicada por muchas tensiones geopolíticas a nivel global y por más que la relación sea buena, el alineamiento automático que tiene Argentina con la visión norteamericana-israelí del mundo, solamente va a beneficiar a Estados Unidos y a Israel, no a la Argentina.
Una de las razones por las cuales el gobierno demócrata tenía un bajo apoyo es porque la situación económica dentro del país está complicada, es otro aspecto que hubo que considerar en esta elección, más allá de la situación cognitiva de Joe Biden que hace dos años no gobernaba y la estrategia demócrata falló porque no asumieron el problema a tiempo, la decisión que tomaron hace unos meses tendría que haberse tomado hace un año y medio y el panorama hubiese sido otro. Esta es la realidad sin sesgos. La situación económica fue fundamental, la inflación, como consecuencia, en parte, de la guerra en Ucrania. El abuso de precios, otro tema.
Es verdad que Trump tiene una política más proteccionista de incrementar, por ejemplo, los aranceles a productos extranjeros, especialmente de China, pero los dempocratas no eliminaron aranceles, solo bajaron algunos, y los dos candidatos anunciaban públicamente un intervencionismo estatal importante en la economía norteamericana. Kamala Harris anunciaba subsidios a los habitantes para comprar viviendas, ayuda económica, subsidios para las empresas constructoras, eliminar los impuestos a las propinas, esto también anunciado por Trump, quien anunció control de precios para los seguros de automóviles. Ambos también anunciaron control de precios para evitar los abusos de las grandes empresas. Harris anunciaba baja de impuestos para PyMEs y otras empresas medias y chicas. Trump por su parte a empresas medias y grandes, por eso vemos a Elon Musk apoyándolo tanto.
No hay que analizar las cosas tan tajantes, tan blanco o negro, el mundo no funciona así, por eso muchos no entendieron que el panorama estaba cambiando en Estados Unidos y que los demócratas cometieron muchos errores desde el primer mando.
Donald Trump, por más que se lo mire y cause rechazo desde nuestra visión cultural es representativo de una parte significativa de la sociedad norteamericana.
La atención clave estaba en los estados péndulos que fundamentalmente miran la gestión, la economía, la gestión de la migración. Un dato que puede causar sorpresa es que Obama deportó más inmigrantes ilegales que Donald Trump. Otra cuestión crucial de esta elección fue la cuestión del intervencionismo en el extranjero y de las guerras en el extranjero. Los norteamericanos no quieren guerras. Que Trump haya dicho que iba a terminar con las guerras fue un punto fundamental.
*Analista internacional.