Hace cinco años, Argentina recibía el préstamo más grande en la historia del FMI
Desde el CEPA se refirieron a los crecientes condicionamientos establecidos por el organismo internacional de crédito. “Crean un sistema colonial a través del dólar”, caracterizaron.
El 8 de mayo, se cumplieron cinco años del préstamo más grande en la historia del Fondo Monetario Internacional (FMI). Aquel día pero del 2018, el entonces Presidente Mauricio Macri anunciaba el inicio de conversaciones: así, Argentina retomaba el vínculo con el organismo internacional de crédito luego de 15 años. Mediante un mensaje grabado, Macri destacaba que el crédito por 45.000 millones de dólares tenía como fin colaborar en el “único camino posible para salir del estancamiento buscando siempre evitar una gran crisis económica”.
En diálogo con este medio, el economista del Centro de Economía Política Argentina (CEPA), Facundo Budassi, expresó que “el Fondo Monetario Internacional siempre fue un instrumento que, probablemente, podía sacar del piso a quienes recurrieran, pero después hay que tener presente las condiciones”. “Y esas condiciones siempre se desprenden del rápido repago de la deuda sin miramiento de lo estrictamente político-social-interno y, así, crean un sistema colonial a través del dólar”, añadió Budassi.
En este sentido, recordó que el Fondo “es una herramienta que tienen los estados más desarrollados, entre los que se encuentra EE.UU., y que empezó como un organismo dedicado a financiar el apriete económico de los países y, después, se transformó en un organismo de ajuste”.
En este sentido, aclaró: “No es un banco de desarrollo, para eso está el Banco Mundial”. “El FMI te presta cuando más nadie lo hace y a tasas más bajas que un acreedor privado. Pero, a diferencia de ese acreedor privado, puede ponerte condicionamientos económicos, políticos y sociales”, detalló.
Recesión: la historia de siempre
Respecto a cuál fue el impacto en la economía a partir de la relación con el organismo internacional de crédito a lo largo de la historia, Budassi resaltó que Argentina, desde que ingresó al Fondo en el año 1956, “todos los planes de ese organismo han sido recesivos para el país, al igual que para el resto del mundo”. “Son organismos que no piensan en el desarrollo de un país, sino en cobrar sus préstamos”, enfatizó.
“En la Argentina tienen la particularidad de estar engarzados con el sistema económico dominante o con la hegemonía cultural del agronegocio, por lo tanto exigen condiciones para que ese sector se desarrolle y genere divisas rápidamente”, marcó. Por esta razón, comentó Budassi, crece el mandamiento acerca de la devaluación, la demanda de tipos de cambio favorables y la presión para eliminación de los subsidios. El resultado: una receta cada vez más cuestionada, inflacionaria y que poco colabora con el desarrollo de valor agregado local.