Cristina: “En esta Argentina circular, el pasado aparece otra vez en el presente”

"Hoy estamos con una situación en la que figuras, ideas y hechos del pasado parecen querer venir a instalarse en el presente para condicionarlo y condicionar el futuro", planteó la vicepresidenta en el Teatro Argentino de La Plata.

“La Argentina circular. El FMI y su histórica receta de inflación y recesión. Fragmentación política y concentración económica”, es el nombre de la actividad que fue anunciada a poco de conocerse que el Presidente, Alberto Fernández, no buscaría revalidar su mandato por cuatro años más. "Pensaba venir a dar una clase magistral, pero me parece, compañeros y compañeras, que había que hacer algo más que una clase... tranquilos, tranquilos, no se hagan los rulos, ya se los dije muchas veces", expresó la vicepresidenta al tomar el micrófono y jugar con las especulaciones que se tejieron sobre sus palabras.

Luego, recordó la efeméride: "Hace 20 años estábamos en San Cruz con Néstor (Kirchner). Empezaron a llegar los primeros testimonios y en una hora y media, no más, estábamos festejando haber ingresado a la segunda vuelta. Y, por la situación del momento, a la Presidencia de la República". 

"En esta Argentina circular, el pasado aparece otra vez en el presente. Hoy estamos con una situación en la que figuras, las ideas y los hechos del pasado parecen querer venir a instalarse en el presente para condicionarlo y condicionar el futuro", planteó, para luego desarrollar: "Estamos en ese momento en el que pasado se torna presente Y, tal vez, frustre el futuro. Por eso, es muy importante generar espacios como este, el de la Escuela Justicialista. Que no es de capacitación técnica, es de capacitación política, de análisis político".

El primero en tomar la palabra fue el exministro de Educación de la Nación, Nicolás Trotta, quien expuso: “Hace 40 años, el pueblo argentino recuperaba la democracia, superando su período más oscuro y doloroso”. Siguiendo la reconstrucción temporal, señaló que, “hace 20 años, el pueblo argentino recobraba la esperanza luego de las dramáticas crisis sociales y económicas vividas como consecuencias de las políticas neoliberales”. “En ese tiempo, la juventud abrazó la militancia política como herramienta de cambio y transformación”, enfatizó, al tiempo que planteó: “El justicialismo es pueblo, interpreta, y por eso ha sido capaz de hacer realidad efectiva las transformaciones necesarias para superar los desafíos del presente y futuros más justos”.

“Hoy presentamos esta iniciativa: la Escuela Justicialista Néstor Kirchner, un instrumento en conformación que recién comienza. Estará completa solo cuando se encuentre integrada por compañeros y compañeras de todos los distritos, espacios y corrientes militantes de nuestros país”, arengó. 

La fecha y el escenario no fueron datos que pasaron desapercibidos para la militancia. Además de tratarse de una cita impostergable, por las definiciones que se especulaba que podía dar a conocer la vicepresidenta, la convocatoria coincide con los 20 años del inicio del acto eleccionario en el que el entonces gobernador de Santa Cruz, Néstor Kirchner, se convirtió en Presidente de la Nación por los siguientes cuatro años.

La política: herramienta de transformación 

Aquellas eran las primeras elecciones presidenciales que se realizaban luego del estallido social de diciembre del 2001 y la seguidilla de cinco mandatarios que se sucedieron en menos de dos semanas. 

Kirchner obtuvo el 22,24 por ciento de los votos, lo que lo posicionaba en segundo lugar en la primera vuelta, por debajo de Carlos Saúl Menem, quien se impuso con el 24,24 por ciento de los sufragios. Ante este panorama, el balotaje se iba a realizar el siguiente 18 de mayo, pero el riojano, que había ganado en doce de los 24 distritos electorales, decidió dar un paso al costado en un país sacudido por la crisis económica, política y social.

A cuatro días de la segunda vuelta, mediante un spot televisivo, informó a la ciudadanía sobre su decisión. “Como decía la compañera Evita, renuncio a los honores y a los títulos, pero no a la lucha”,  esgrimió Menem, mientras que el gobernador patagónico lo acusó de haber mostrado “el último rostro, el de la cobardía, y el último gesto, el de la huida”.