Con críticas a la dirigencia nacional, la CGT de La Matanza cerró el año en estado de alerta y movilización
La central obrera local también hizo una autocrítica: cuestionaron la “falta de convocatoria a participar de la política” y destacaron la necesidad de “ser solidarios y estar junto a los trabajadores”.
La Confederación General de Trabajo (CGT) de La Matanza cerró este miércoles la actividad de 2023 con la última asamblea del año, que se realizó en la sede de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) en la localidad de Ramos Mejía y en la que declararon el estado de alerta y movilización debido a las primeras medidas del nuevo Gobierno. Los discursos de los distintos dirigentes giraron en torno a las críticas por el accionar de la CGT nacional, la falta de invitación a la participación política que le brindó el Gobierno saliente y una fuerte autocrítica por no haber podido canalizar el mensaje del pueblo que terminó plasmando la derrota electoral del oficialismo.
En ese marco, Esteban Cabello, secretario general de los Metalúrgicos y anfitrión de la asamblea, manifestó su “preocupación por lo que se viene”. “Tenemos una gran incertidumbre. Nos pone mal saber que el ajuste se da con los puestos de trabajo y el bolsillo del trabajador”, señaló.
A su vez, consideró que el movimiento obrero nacional tiene que “crecer aprendiendo de los errores cometidos en la última experiencia política” y expresó su “disconformidad” respecto a la postura adoptada frente a las primeras medidas del Gobierno de Javier Milei “¿La CGT se va a plantar armando un comunicado?”, cuestionó
Por su parte, Ernesto Ludueña criticó “la falta de participación del movimiento obrero en la vida política” y cargó de responsabilidades a “los mariscales de la derrota por no haber escuchado a las bases”. “De 229 legisladores, solo cuatro son del movimiento obrero. Fuimos ninguneados hasta por nuestros propios compañeros”, denunció.
El secretario general de la UOCRA, Heraldo Cayuqueo, aseguró que “el movimiento obrero de La Matanza está unido” y que se va a “juntar las veces necesarias para enfrentar esta difícil situación”. “No vamos a bajar los brazos y seremos solidarios porque debemos trabajar en función de contrarrestar lo que se viene y esa situación seguramente nos encuentre en cada calle, esquina y rincón defendiendo a los trabajadores”, planteó.
A su turno, Pablo Boschi, secretario de Prensa de la CGT regional, fue autocrítico al considerar que el movimiento obrero dejó de ser “un factor de poder” para ser solo “un factor de presión”. A su vez, advirtió la necesidad de ser “cuidadosos en no ser funcionales a los intereses del enemigo”.
“Este año lo cerramos con un ‘estado alerta y movilización’ pero con la capacidad de lanzar un frente político sindical de los trabajadores dentro del marco del peronismo, como siempre actuamos. Nos tenemos que acercar a los compañeros porque el peronismo se deberá poner al frente del nuevo conflicto social que se nos avecina”, completó.