Cambios en el Gabinete: el horizonte del Gobierno nacional tras los cruces
Luego de la catarata de renuncias puestas a consideración y de la carta de Cristina Fernández, el Presidente mantuvo, entre jueves y viernes, reuniones con ministros de su ala para determinar los pasos a seguir. La salida de Juan Pablo Biondi adelanta que los cambios son inminentes.
Este viernes, el Presidente Alberto Fernández mantuvo una intensa agenda. Desde Olivos, participó de un foro sobre cambio climático organizado por el presidente de EE. UU., Joe Biden. Luego, en la Casa Rosada, encabezó varios encuentros con funcionarios que responden a su línea. También, se mostró junto al gobernador de La Rioja, Ricardo Quintela.
Por su parte, el titular de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, permaneció en el Congreso y realizó tareas vinculadas a las citaciones por el presupuesto, presentado el miércoles por el ministro de Economía, Martín Guzmán. Posteriormente, Massa, quien por estas horas es señalado como el mediador que busca recomponer el diálogo entre las partes centrales del Frente de Todos, se dirigió hacia el edificio de Hacienda.
La autora de la misiva que terminó de ponerle un rostro a las especulaciones respecto a quién estaba tras la lluvia de renuncias puestas a consideración, la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, llevó adelante reuniones en su despacho del Senado de la Nación con, entre otros, el ministro del Interior, Eduardo “Wado” de Pedro, quien, al poner a consideración la posibilidad de dejar su cargo, generó los primeros movimientos del sismo.
En horas de la tarde, se conoció que Juan Pablo Biondi, uno de los hombres de mayor confianza de Alberto Fernández, se convirtió en el primer asesor presidencial en abandonar su cargo tras la derrota electoral cuando, en la tarde de este viernes, presentó su renuncia “indeclinable” al cargo de vocero del Gobierno. Cabe recordar que había sido directamente responsabilizado por la vicepresidenta de instalar “operaciones de prensa en su contra”.
La salida de Biondi se muestra como la antesala de lo que será una reestructuración al interior del Gabinete, que terminó de mostrar su desgaste con la respuesta de las urnas el domingo pasado. Por estas horas, siguen los encuentros y suenan los nombres para ocupar cargos. El llamado de atención de la vicepresidenta no solo alertó de cara a noviembre. La preocupación, y las acciones, también miran hacia 2023.