Se cumplieron seis años del crimen del colectivero Leandro Alcaráz
El chofer de la Línea 620 fue asesinado a balazos en el barrio San Pedro, de Virrey del Pino, en el marco de una discusión por una tarjeta SUBE. Dos personas fueron sentenciados por el brutal homicidio que provocó conmoción en todo el país.
El 15 abril de 2018 Leandro Alcaráz se despidió de su familia con una sonrisa. Era domingo y, una vez más, le había tocado cumplir una jornada laboral un fin de semana. Colectivero de la línea 620 desde hacía menos de dos años, su esposa, Jésica y su hija, Zoe, nunca imaginaron que ese día soleado sería la última vez que lo verían con vida. Al llegar con el interno 103 al barrio San Pedro, de Virrey del Pino, fue asesinado.
Cronología del crimen
Según las declaraciones testimoniales que se dieron a conocer en la causa, la tarde del 15 de abril, al cruzar la avenida Carlos Casares con sentido a la localidad sureña de Virrey del Pino, el colectivero inició una discusión con un pasajero debido a que este se negaba a pagar el pasaje. Al no lograr que depusiera su actitud, “el chofer colocó el freno de manos en el Metrobus, giró su cuerpo y le dijo al pasajero: Pagá el boleto, dale”.
En ese momento, Alcaráz continuó su recorrido habitual. “La próxima vez, preguntá o avisá”, le dijo el chofer al sujeto, en relación al pago de su viaje, el que minutos más tarde expresó: “Ya vas a ver cuando llegues a la terminal”.
Esa amenaza se materializaría al poco tiempo. “Al llegar a la parada del barrio San Pedro, el chofer abrió las puertas del colectivo y empezó a bajar gente -inclusive el pasajero con el que había discutido- y allí fue cuando se asomó otro sujeto que venía de afuera y, colocando un pie sobre el primer escalón de la unidad, apuntó y le efectuó dos tiros”, detallaron fuentes vinculadas al caso.
Luego, los agresores se dieron a la fuga. En el trayecto de huida, a dos cuadras del hecho, ocurrido en la intersección de las arterias Concordia y Santiago Bueras, asaltaron a una vecina.
“Me mandé una cagada”
Tras el brutal homicidio, los dos implicados buscaron refugio en su entorno familiar. En tanto, se pudo dejar acreditado que el padre de los agresores guardó el arma homicida en su vivienda. “Él mismo, a viva voz, refirió que poseía un arma de fuego en el interior de la mochila de baño”, precisaron voceros de la investigación. Tras diversas pericias, corroborarían que se trataba del revólver utilizado para asesinar al colectivero.
En tanto, una allegada a uno de los atacantes precisó que, entre las 17 y 17.45, recibió un llamado y que, al atender, escuchó la voz de su expareja. El hombre le manifestó: “Me mandé una cagada con mi hermano y estoy huyendo”. Pasado el tiempo, le confesó: “Yo iba en el colectivo, y le mandé mensaje a (mi hermano). Le dije que trajera el arma, que a ese (por el colectivero) le daríamos”.
El peor final tras la discusión por la tarjeta SUBE llegaría ese 15 de abril de 2018. “El chofer murió por un balazo que entró por el brazo derecho y atravesó los dos pulmones”, confirmaría la fiscal General de La Matanza, Patricia Ochoa.
Dos sentencias, dos culpables
En octubre de 2019, el Tribunal de Responsabilidad Penal Juvenil del Departamento Judicial La Matanza declaró culpable a uno de los acusados por el asesinato de Alcaráz por el delito de “Homicidio agravado por alevosía y por el uso de arma de fuego en concurso real con robo calificado por el uso de arma de fuego” y recibió una pena de 14 años de prisión.
En abril de 2021, el Tribunal en lo Criminal N° 5 de La Matanza confirmó la condena a prisión perpetua para Cristian López Brizuela, el otro acusado.
El Tribunal, integrado por los jueces Matías Mariano Deane, Gabriela Silvia Rizzuto y Eduardo Alberto Sbriz, consideró al acusado autor responsable del delito de homicidio agravado.
Además, Brizuela fue sentenciado por el delito de un "robo agravado" cometido momentos después del homicidio de Alcaráz a una mujer.