Persecución y muerte en Isidro Casanova: se negaron a declarar los cinco nuevos policías detenidos
Los investigadores creen que “se le plantó un arma de fuego” a la víctima. Por el momento, desafectaron a todos los efectivos involucrados hasta tanto se aclare la situación procesal de todos.
La persecución policial y muerte de Lucas Acosta, un joven de 21 años que terminó abatido por un sargento de la Policía de la Provincia de Buenos Aires está en proceso de investigación. Sin embargo, hay una hipótesis relevante en la causa: los investigadores creen que “se le plantó un arma de fuego en las manos de la víctima”.
En diálogo exclusivo con El1, el fiscal de la causa, Carlos Arribas, confirmó que hay trece detenidos por la muerte del muchacho en el barrio San Alberto, de la localidad de Isidro Casanova: “Uno está acusado de homicidio y los otros doce por encubrimiento”, detalló.
De acuerdo a lo precisado en las últimas horas, cinco policías quedaron en libertad al constatarse que no habían participado del hecho.
Sin embargo, otros cinco nuevos agentes fueron detenidos por encubrimiento del crimen del muchacho. Ahora, se negaron a declarar y permanecerán con prisión preventiva, mientras los investigadores aguardan los resultados de peritajes pendientes.
La Auditoría General de Asuntos Internos de la Policía de la Provincia de Buenos Aires tuvo que tomar una determinación ante el suceso y decidió desafectar a todos los efectivos involucrados hasta que se aclare su situación.
Disparo y muerte
Según la reconstrucción del hecho, el 4 de enero, en horas de la madrugada, un grupo de efectivos policiales quiso identificar al ocupante de una camioneta Ford Ecosport de color blanca. Ante esta situación, el conductor, que percibió la presencia de las fuerzas de seguridad, ingresó al barrio Puerta de Hierro.
Horas más tarde, alrededor de las 7.30, el vehículo fue visto en la esquina de Guatemala y la avenida Crovara, en San Justo. En esta oportunidad, los ocupantes nuevamente decidieron evadir el control, pero efectivos policiales, inmediatamente, dispusieron un operativo cerrojo. Un patrullero del Comando Patrulla Centro le cerró el paso y, en el barrio San Alberto, de Isidro Casanova, provocó que chocaran de frente contra el móvil.
Según el relato de los policías, Lucas Acosta les apuntó con un arma de fuego, por lo que se le impartió la voz de “alto policía” y, luego, el sargento le disparó con su pistola Bersa Thunder calibre 9 milímetros reglamentaria: la bala ingresó en el tórax de la víctima y le produjo la muerte.
Tras el suceso, los agentes preservaron la escena y dieron intervención al fiscal Arribas, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) Temática de Homicidios del Departamento Judicial de La Matanza quien dispuso las actuaciones del caso fueran realizadas por la Gendarmería Nacional Argentina (GNA) al haber policías involucrados y que se relevaran las cámaras de seguridad ubicadas en las inmediaciones.
En ese momento, el fiscal no había adoptado ningún temperamento en cuanto al sargento que mató a Acosta. Sin embargo, todo cambio con el avance de la investigación.