Causa Templo Filadelfia: durante la segunda audiencia, se negaron a declarar los acusados de integrar la secta religiosa

Las 28 personas imputadas en la causa prefirieron permanecer en silencio. Entre ellas, Eva Petrona Pereyra, la mujer de 80 años acusada de ser la líder principal de la asociación ilícita y que se encuentra detenida en el Complejo Federal N° 4 de Ezeiza.

Una nueva audiencia se llevó a cabo en el marco de la causa del “Templo Filadelfia”, una secta religiosa acusada de trata de personas, reducción a la servidumbre y abuso sexual agravado en perjuicio de una decena de víctimas, y las 28 personas imputadas se negaron a declarar ante el Tribunal Oral en lo Criminal Federal N° 2 de San Martín.

Durante la jornada judicial, los acusados fueron interrogados por el presidente del debate, Fernando Marcelo Machado Pelloni, para saber si tenían la intención de declarar por primera vez en esta instancia. Algunos de los imputados estaban conectados por Zoom desde distintas prisiones federales y otros, de cara al tribunal. Pero todos guardaron silencio.

Antes de que culminara el debate, delineando una excepción a la estrategia defensiva del resto, una de las imputadas adelantó que hará uso de la palabra en la próxima jornada que está establecida para el próximo viernes 8 de noviembre.

Uno de los testimonios que se esperaba escuchar era el de Eva Petrona Pereyra, la mujer de 80 años acusada de ser la líder principal de la asociación ilícita, que se encuentra detenida en el Complejo Federal N° 4 de Ezeiza; sin embargo, no quiso dar testimonio. Las otras dos personas que la investigación sindicó como codirectoras de la asociación ilícita son Divina Luz Pereyra -hermana de Eva- y su sobrina, Adriana Carranza, pero ambas fallecieron.

Funcionamiento de la secta

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Según los distintos requerimientos de elevación a juicio, a la “Tía Eva” se le endilga haber estado al frente de la sede central del Templo Filadelfia, en la calle Centenera 3.715, en la localidad de San Justo, partido de La Matanza.

De acuerdo a lo precisado en el documento, el templo fue fundado entre 1972 y 1973 y registrado como congregación religiosa en 1981. A través de este culto, la organización se dedicó a captar personas en situación de vulnerabilidad, principalmente menores y adultos en situación de pobreza o familias disgregadas, a quienes se les hacía creer que Dios los había elegido para vivir en la sede central, donde serían bendecidos y sus condiciones de vida mejorarían.

Las víctimas eran recibidas en distintos inmuebles de la secta y eran inducidas a despojarse de sus bienes y hacer entrega al culto de lo más preciado y sus objetos de valor, que podía ser desde una propiedad hasta un hijo. Allí comenzaba el adoctrinamiento religioso y la precariedad.

Los detalles de las pesquisas precisaron que las familias pasaban a vivir hacinados en habitaciones chicas y sin ventilación, una comida al día y baños en malas condiciones. Además, cumplían jornadas laborales de doce horas sin remuneración, que incluían la producción de alimentos panificados y su venta ambulante. Todas las ganancias se entregaban a los líderes del Templo, que controlaban estrictamente las ventas.

Dentro de los métodos empleados por la organización para lograr el control total de las personas damnificadas, uno era la imposición de castigos físicos y psíquicos, que se podía dar por utilizar el dinero de las ventas para comprar alimento, manifestar deseo de irse de la congregación o rechazar una pareja, entre otros casos. Cuando una persona desobedecía alguna regla, se realizaban reuniones grupales en donde se ponía a la persona a castigar delante de todos y se le propinaban golpes, insultos y retos vergonzosos delante del resto de las víctimas.