Desde la cárcel, ofrecían autos robados en las redes sociales, captaban a potenciales compradores y los estafaban
Durante la investigación, realizaron operativos en viviendas de La Matanza y Merlo. Según las pesquisas, en domicilios de esos Partidos enfriaban los vehículos y luego los reinsertaban en el mercado ilegal.
El negocio ilegal estaba aceitado. El jefe, desde su celda de la Unidad N°23 de Florencio Varela, intercambiada mensajes con potenciales compradores que veían publicaciones de vehículos en venta en las redes sociales. Los persuadía y, una vez que cerraba el trato, se desplegaban las acciones de los integrantes de la banda dedicada a las estafas.
Intervenía una coordinadora de entregas y una gestora de documentación para hacer creer que estaba todo en regla. Pero, también, gente que controlaba la mercancía: un muchacho encargado de vigilar y controlar los garajes de rodados y cómplices que proveían viviendas para esconder los vehículos robados. Sin embargo, la semana pasada el negocio de las estafas con rodados se desmoronó.
Es que, desde hace varios meses el ciberpatrullaje de las fuerzas de seguridad, principalmente enfocado en la plataforma Marketplace de Facebook, dio sus frutos. Así, se pudieron unir los eslabones de una cadena de delincuentes y estafadores que facturaba a destajo.
Tras reunir pruebas y recopilar información sobre las estafas, los uniformados realizaron distintos operativos. Los realizaron en los partidos de La Matanza y Merlo. Así, imputaron a ocho personas acusadas de robar, enfriar y revender autos enmascarados con patentes robadas y documentación melliza.
Caída de la banda dedicada a las estafas con rodados
Las pesquisas iniciaron en julio de este año y concluyó con una serie de allanamientos simultáneos ordenados por el Juzgado de Garantías Nº 4 de La Matanza, a cargo del juez Fernando Pino Guevara, a raíz de la solicitud realizada por el fiscal Gastón Bianchi, de la Fiscalía Nº 3 de La Matanza.
Estafas desde la cárcel
De acuerdo a lo precisado, el líder identificado permanece detenido en la unidad carcelaria de Florencio Varela. Además de ser el cerebro de la operatoria era quien aportaba domicilios para esconder los autos robados. También fue allanada en su celda una mujer detenida en la Unidad Nº 60 de Merlo. Lo mismo ocurrió con otro hombre que permanece privado de su libertad en el penal de Campana.
Las otras cinco personas apresadas por las estafas fueron acusadas de asociación ilícita, robos agravados reiterados y encubrimiento agravado por el ánimo de lucro. Para los investigadores, esta última banda está lejos de ser la única en el rubro. Esto se debe a que varias organizaciones similares fueron allanadas por efectivos policiales en el último tiempo.
Otra banda que comercializaba autos robados
En noviembre, cayó una banda que sustraía vehículos, los “enfriaba” en depósitos y, luego, los comercializaba en países limítrofes. Operaban con ladrones encargados de robar los vehículos, desguazadores en desarmaderos, expertos en adulterar documentos y revendedores, que tenían la función de insertar los autos en el mercado de países vecinos. Se trataba de la banda de “Jony”, “July” y “Memeco”, los cabecillas de una organización delictiva que robó, en lo que va del año, 3.000 vehículos y logró recaudar 25 millones de dólares a través de sus negocios ilegales.
Tras varios meses de investigación, la Dirección de Automotores de la Superintendencia de Investigaciones de Delitos Complejos y Crimen Organizado de la Policía de la Provincia de Buenos Aires realizó 55 allanamientos para dar con el paradero de los integrantes de la organización. En este marco, detuvieron a 16 sospechosos, entre ellos, los jefes de la pirámide criminal dedicada a robar autos.
“La organización criminal operaba en el Conurbano, sustrayendo vehículos mediante la modalidad de robos violentos con uso de armas de fuego, mayormente en La Matanza, Lomas de Zamora, Tres de Febrero, Morón, Merlo y Moreno”, detallaron fuentes policiales.
Robo, "enfriamiento" y venta
En esta línea, detallaron en la investigación que los delincuentes robaban diez vehículos por día de diferentes marcas y modelos “para, luego, enfriarlos en cocheras y/o depósitos situados en La Matanza y General Rodríguez, pagando los vehículos robados, dependiendo de sus características, entre 1.200.000 y 1.500.000 los autos y 3.000.000 las camionetas”.
De acuerdo a lo precisado por los investigadores, con documentación apócrifa los trasladaban a Misiones para su desguace o su venta en agencias de autos o para cruzarlos a Paraguay, Bolivia y Brasil, donde los comercializarían en la frontera entre 5.000 y 8.000 dólares, según la marca y el modelo. Además, detallaron que los autos y camionetas eran trasladados en contenedores que eran llevados por camiones.