“Buscamos salir adelante y ahora abrimos otro negocio que se llama Kiosco R en su honor”, contó el hijo de Roberto Sabo

A tres años del asesinato de su padre, el joven aseguró que la mejor forma de salir adelante es “unidos”. “Siempre estamos agradecidos de toda la gente que se acuerda de mi papá”, expresó.

Resilientes. Hay personas que atraviesan pérdidas irreparables y buscan maneras para sobrellevar el duelo. Aunque el recuerdo los acompaña siempre, eligen poner el foco en el futuro. Y continuar. La familia Sabo es una de ellas. A tres años del homicidio del kiosquero en la localidad de Ramos Mejía, eligieron seguir. Continuar, pero nunca olvidar. “Se cumple otro aniversario y justo abrimos un kiosco, la vida nos va armando el guion”, expresó Nicolás, el hijo del comerciante.

En diálogo exclusivo con El1, el joven contó que la idea de este nuevo kiosco, ubicado en Ramón Falcón y Guardia Nacional, en Villa Luro, es administrarlo como lo hacía su padre. “A mí me falta mi papá para las cosas rutinarias del día a día. Muchas veces pienso, esto me lo podría haber explicado él. Es durísimo, pero él nos marcó el camino y aprendimos mucho, nos guiamos por como lo hubiera hecho mi papá. Apuntamos a salir adelante y ahora abrimos otro negocio que se llama Kiosco R en su honor. Entre todos abrimos este local”, detalló.

Recuerdo de Sabo

En el marco de un nuevo aniversario, el joven aseguró que la gente mantiene vivo el recuerdo de su padre. “Siempre estamos agradecidos de toda la gente que se acuerda de mi papá. La familia siempre lo recuerda, pero que tantas personas lo tenga presente es como un mimo al corazón después de haberla pasado tan mal con el conocimiento de la noticia y, luego, revivir todo en el juicio”, afirmó.

“Una vez hablé con la mamá de Fernando Báez Sosa y le dije que se quede tranquila, en la medida que pueda estar tranquila, que cuando sale el juicio uno siente una especie de conformidad, que, al menos, nuestro ser querido puede descansar en paz”, señaló Nicolás.

Tres años y nada cambió

Nicolás aseguró que, desde el homicidio, de su padre el flagelo de la inseguridad continua. “Siento que no cambió prácticamente nada. A mi abuelo le robaron dos veces, en uno de los hechos, tiraron un tiro al aire, lo podrían haber matado”.

En esta línea, sumó: “En la cuadra del kiosco te enteras siempre de robos, manoteos, ´entraderas´, todo el tiempo los roban. En nuestra cuadra cambió porque tenemos custodia, pero solo porque asesinaron a mi viejo”.

“Lamentablemente es una cotidianeidad en la que hay que pensar todo el tiempo y no te lleva a vivir tranquilo la inseguridad. Cuando iniciamos con este kiosco, pensamos en todo lo que pasó con mi papá. Uno lo ve en la tele y lo ve lejano, pero después me doy cuenta que soy uno de esos. En cualquier momento te puede tocar”, cerró.