A ocho años del femicidio de Sabrina González: “Para el juez y los fiscales, mi mamá es un número más”
El sospechoso por el crimen todavía sigue prófugo de la Justicia.
Sabrina González fue asesinada en noviembre de 2014, en la localidad de Virrey del Pino, y el presunto femicida, José Antonio Castellano, todavía se encuentra prófugo, mientras la familia de la víctima sigue clamando por la aprehensión del inculpado. En el mes en que se cumple el octavo año del femicidio, Daira Sayavedra, hija de Sabrina, comentó en diálogo con El1 Digital: “El único avance (en referencia a las novedades en la causa) fue el pedido de recompensa, que salió hace unos meses a pesar de que ya pasaron ocho años”.
En ese contexto, explicó: “No hay ninguna noticia de dónde Castellano puede llegar a estar concretamente, lo que sí puedo decir es que hay personas que lo vieron hace unos años”. Sin embargo, la joven aseguró que por parte de la fiscalía “no hay movimientos como para dar con su paradero”.
En lo que respecta al acompañamiento desde distintos sectores durante estos años, Sayavedra indicó: “Hay momentos y momentos, la realidad es que hoy en día me apoyo mucho en mis hermanos, porque somos los únicos que sentimos el dolor a flor de piel”. En esa línea, agregó: “Hay parte de mi familia que no se interesa por querer hacer justicia y, obviamente, me molesta y me angustia, porque sé que mi mamá no actuaría de la misma manera”.
Asimismo, la hija de Sabrina expresó: “De parte de la Justicia, cero acompañamiento. Siento que, para el juez y los fiscales, que durante estos años fueron cambiando, mi mamá es un número más... no hay interés por buscar a su asesino, no hay acompañamiento ni contacto con la familia”.
Consultada acerca de cómo recuerda a su mamá, Daira expuso: “Tengo muchos recuerdos y, obviamente, esta realidad arrasa con cualquier cosa, así que cuesta aferrarse a esos que fueron plenos y llenos de felicidad”. “Si tengo que elegir una remembranza, serían las mañanas en casa: ella despertándonos a los tres para desayunar unos mates con unas galletas que vendía un almacenero del barrio, en nuestra casita humilde pero siempre llena de amor; ella era nuestro sostén, tanto emocional como económicamente, porque era madre soltera”, recordó.
Por último, remarcó: “Era una luchadora y hemos pasado por tantas cosas, que me parece tan injusto cómo nos destruyó este asesino”. “La extraño todos los días de mí vida y quiero creer que algún día su asesino va a caer, aunque la Justicia no acompañe”, reclamó.