Tristeza por la muerte de Raúl Trotz, sacerdote comprometido con las causas sociales
Tenía 82 años y fue párroco de la catedral de Morón. Este viernes, el obispo Jorge Vázquez presidirá la misa de exequias.
A los 82 años, monseñor Raúl Roberto Trotz, que estaba internado tras sufrir un paro cardíaco que superó en la Clínica Modelo, falleció en el partido de Morón. Este viernes, sus restos serán trasladados a la catedral, donde el obispo de Morón, monseñor Jorge Vázquez, presidirá la misa exequial.
Los restos del sacerdote, antiguo párroco de la catedral Inmaculada Concepción del Buen Viaje y comprometido con las causas sociales y de los derechos humanos, fueron velados en la parroquia Nuestra Señora de las Flores (Juez de la Gándara 850, Morón). La posterior sepultura se hará en la ermita de Nuestra Señora del Buen Viaje.
Compromiso social
Monseñor Trotz nació en Buenos Aires el 10 de enero de 1941. Tras finalizar sus estudios en el seminario, fue ordenado sacerdote el 14 de agosto de 1966. Estuvo al frente de varias parroquias del antiguo territorio diocesano moronense: Nuestra Señora del Carmen (Ramos Mejía) y Sagrada Familia (Haedo).
En 1988, el entonces obispo Justo Oscar Laguna lo nombró párroco de la catedral basílica, misión pastoral que ejerció hasta 2016. El siguiente obispo diocesano, monseñor Luis Guillermo Eichhorn, lo nombró luego al frente de la parroquia Virgen de las Flores de Morón, su último destino pastoral.
Identificado y comprometido con los valores del Concilio Vaticano II, además de por su tarea pastoral, se destacó por su actuación en las causas sociales y de derechos humanos, lo que llevó a que en 2017 el Concejo Deliberante de Morón lo declarara Ciudadano Ilustre.
“Era un sacerdote muy dado, cualquier cosa que necesitabas te la concedía”, expresó María del Carmen Antonini, vecina de 84 años y trabajadora durante doce años del comedor de la parroquia del Buen Viaje, a El1. Y recordó: “Nos ayudó mucho con el comedor, venía todos los miércoles a darle la bendición a la gente que venía a comer. Bendecía las mesas, nos hablaba a nosotros mientras hacíamos la comida. Fue muy comunicativo y nos acompañó muchísimo”.