“Para él, las jugadoras eran todo”, el desconsuelo de la familia del jefe de Prensa de Argentino de Merlo

Así lo manifestaron los hijos de Ricardo López, luego de que trascendiera que su muerte se habría derivado de una golpiza.

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Los hijos del recientemente fallecido jefe de Prensa del club Argentino de Merlo, Ricardo López de 75 años, quien conducía el vehículo del hecho de tránsito en que murió la futbolista Juliana Gómez, manifestaron en comunicación con distintos medios que su padre realizaba estos viajes muy seguido y que “vivía para el club y para las jugadoras”.

“Pudimos verlo en el hospital y nos relató todo lo que pasó ese día. Nos contó que había mucho viento, que las ráfagas eran tan fuertes que lo corrían hacia el centro de la ruta, razón por la que las jugadoras creían que se dormía pero que les explicaba que era el clima adverso que movía el auto de esa forma. Queremos también aclarar que no tenía ninguna patología de base, era un hombre muy activo para la edad que tenía”, explicaron.

En cuanto al diálogo que se daba dentro del vehículo, la hija también puntualizó: “Al comenzar el viaje, Juliana se encontraba sentada en el asiento del acompañante y mantuvieron una pequeña discusión porque no quería usar el cinturón, por lo que debió obligarla. Luego, en un momento, frenaron y ella se cambió al asiento de atrás, donde ya él no pudo corroborar si al momento del hecho contaba o no con el elemento de seguridad”.

Luego del accidente, manifestaron que López se comunicó rápidamente para advertir sobre lo que había sucedido y, luego, fue trasladado para observación al centro de salud de Baradero, junto a las jugadoras. A la medianoche, detallaron que arribaron los familiares de la deportista fallecida, “lo agredieron, golpearon y le pegaron con un tubo de oxígeno en la cabeza”, lo que le habría generado lesiones cerebrales.

Sobre los familiares de la jugadora, explicaron: “Quedaron detenidos en ese momento, pero por una cuestión humanitaria se decidió que los liberaran para ir al funeral de su hija y entierro, y hoy están libres”. Y agregaron: “El club nos está apoyando como lo hizo toda la vida, pero esa gente jamás se contactó ni se acercó”.

Por último, destacaron su vocación por el club y el fútbol femenino: “Cuando con las rifas no se llegaba a los costos de los viaje, él ponía su auto particular. No tenemos palabras, venimos al club y cada piedra que vemos es él, todo tiene su mano, su vida era esto, amaba lo que hacía, ponía todo, era muy responsable y ocurrió un accidente... pero, bueno, hay gente que no piensa de ese modo”.

“Él estaba muy consternado por el fallecimiento de Juliana, yo le dije que primero se recuperara y después íbamos a trabajar en eso; no tuvo palabras cuando le pregunté cómo estaba, se le llenaron los ojos de lágrimas porque esas chicas eran todo para él, vivía para ellas, por eso no entendemos la agresión que sufrió”, finalizaron.