Caso Candela: el crimen que mantuvo en vilo al país y todavía no encuentra justicia
Una nena secuestrada y hallada muerta nueve días más tarde en un basural y la hipótesis de un ajuste de cuentas narco conforman el nudo de este caso que culminó con un segundo juicio, sin condenados, que solo deja más dolor e impunidad.
Un terreno baldío, una montaña de basura y el Acceso Oeste. Son las cuatro y media de la tarde y una mujer en situación de vulnerabilidad está recolectando cartones para subsistir. No imagina que, en una de esas bolsas de residuos, va a encontrar el cuerpo de una nena de once años que hace nueve días está buscando todo el país: Candela Sol Rodríguez.
Un secuestro en el Oeste que conmocionó al país
A Candela la secuestraron el 22 de agosto de 2011 en Villa Tesei, partido de Hurlingham. La hallaron muerta el 31 de ese mismo mes, en un baldío ubicado a unas 30 cuadras de su casa, con signos de asfixia. Meses más tarde, la Justicia constató que la habían abusado. Lavaron su cuerpo para quitar rastros de ADN.
El caso mantuvo en vilo no solo a la sociedad, sino también a los gobernantes de turno y las fuerzas policiales. La investigación de su secuestro y posterior crimen estuvo marcada por un sinfín de irregularidades que derivaron en un pedido de “jury” al juez de la causa, Alfredo Meade. Finalmente, la Justicia lo desplazó, igual que al fiscal, Marcelo Tavolaro.
Los investigadores manejaron múltiples hipótesis. La causa involucró a una decena de personajes que fueron detenidos y liberados “por falta de pruebas”. La principal conjetura de los investigadores fue que el móvil del secuestro se trató de un “ajuste de cuentas contra el padre de Candela, por algún ilícito que este cometiera”, en referencia a Alfredo Rodríguez, quien al momento de la desaparición de su hija cumplía condena por piratería del asfalto.
El primer juicio
En el 2017, con el nuevo fiscal, Mario Ferrario, al mando, el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 3 de Morón llevó al banquillo a Hugo Bermúdez, de 56 años; a Leonardo Jara, de 43; y a Fabián Gómez, de 43 años.
La Justicia condenó tanto a Bermúdez como a Jara a prisión perpetua por considerarlos coautores del delito de “privación ilegal de la libertad coactiva, seguida de muerte”. A Gómez lo condenó a una pena de cuatro años por ser “partícipe secundario del delito de privación ilegal de la libertad coactiva”.
Segunda parte
En el primer juicio, el capo narco Miguel Ángel “Mameluco” Villalba declaró como testigo. Durante su relato, el delincuente afirmó que a Candela la secuestraron “con fines extorsivos” y que a sus captores "se les fue la mano".
Otros dos hombres, Héctor “Topo” Moreira y el carpintero Néstor Ramón Altamirano estuvieron presos en un comienzo de la investigación, entre 2011 y 2012, y luego recuperaron la libertad por falta de pruebas.
Siete años más tarde, el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 6 de Morón inició un segundo juicio por el crimen de Candela, que tiene en el banquillo a estos tres implicados, y al expolicía bonaerense, Sergio Fabián Chazarreta, de 62 años. Los juzga como “coautores”.
“No tengo ninguna expectativa; si el fiscal logró este juicio, espero que se haga justicia. No me devuelven a mi hija, no me sacan el dolor, los juicios a los familiares nos hacen cerrar una etapa, nada más”, expresó, resignada, su madre Carola Labrador, los días previos al inicio.
La postura de los padres
Carola fue la primera persona en declarar en el juicio que contó con más de cien testigos y diez audiencias. La mujer relató en orden cronológico los nueve días que su hija estuvo desaparecida y se refirió al momento en el que hallaron el cuerpo.
Alfredo Rodríguez, padre de la niña, también prestó declaración ante el juez y sostuvo: “No tengo ninguna sospecha de quién y por qué mandó a secuestrar y matar a mi hija”.
Durante todas las jornadas, Altamirano, Chazarreta y Moreira estuvieron presentes en la sala. Sin embargo, “Mameluco” Villalba solo presenció la primera audiencia.
"No tengo ninguna sospecha de quién y por qué mandó a secuestrar y matar a mi hija".
Alfredo Rodríguez.
Luego, por pedido de la ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, estuvo presente de manera virtual, dado que no estaban garantizadas las condiciones de seguridad en su traslado desde la cárcel de Ezeiza.
Sorpresivamente, en medio del juicio, Carola renunció a ser querellante damnificada: “Durante todo este calvario hemos tenido que soportar un peso extra a la cruz que cargamos y es la actitud de los fiscales ", manifestó.
“Su actitud inquisidora, sus elucubraciones, su voluntad para echar sospechas sobre una familia desgarrada y devastada por el dolor fueron actos verdaderamente canallescos; solo hemos soportado para no demorar el proceso de justicia y castigo con los asesinos de Candela”, expresó. A partir de ese momento, las audiencias continuaron sin la presencia de la madre de la niña.
"Hemos tenido que soportar un peso extra a la cruz que cargamos: la actitud de los fiscales".
Carola Labrador.
Los dichos de Mameluco
El imputado Miguel Ángel “Mameluco” Villalba fue el último en prestar declaración ante los jueces. “Me vinculan con un hecho que me gustaría que me digan por qué”, expresó.
“No entiendo lo que están haciendo conmigo, buscando que yo tenga un vínculo con alguna de las personas que están acá: no lo tengo y no lo quisiera tener tampoco”, aseguró.
"Lamento que la madre se haya bajado de este juicio".
Miguel Ángel Villalba.
Por último, señaló: “Lamento que la madre se haya bajado de este juicio, me hubiera gustado que esté acá porque creo que le hubiera dado paz a ella y a la criatura. Todos los que somos padres tenemos derecho a sentir, querer y llorar por nuestros hijos”.
Los alegatos
En el alegato final, el fiscal Mario Ferrario pidió que se condene a prisión perpetua a tres de los acusados: Miguel Ángel "Mameluco" Villalba, Héctor "El Topo" Moreira y el policía bonaerense Sergio Chazarreta.
Durante su exposición, el fiscal consideró a Villalba, Moreira y Chazarreta parte de un plan en el que el secuestro y muerte de la niña fue un medio para vengarse de su padre, "Juancho" Rodríguez.
La Fiscalía consideró que "Mameluco" mandó a secuestrar a la nena porque estaba convencido de que su padre era informante de la Policía Federal y lo había entregado cuando estaba prófugo. Respecto a Moreira y Chazarreta, se presume que habrían sido quienes se llevaron a Candela de la vuelta de su casa en el partido de Hurlingham.
Además, el fiscal Ferrario decidió no acusar a Altamirano, uno de los primeros detenidos, ya que se lo acusaba de haberle dado de comer a Candela en la famosa casa rosa de la calle Kiernan.
La sentencia
Tras dos meses de audiencias y las declaraciones de múltiples testigos, el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) N° 6 absolvió a los cuatro acusados por el secuestro y crimen de la niña.
En la sala del Tribunal se hicieron presentes dos de los cuatro acusados: Altamirano y Chazarreta; mientras que Villalba hizo lo propio de manera virtual. Por su parte, Carola Labrador, madre de Candela, no participó de la lectura de la sentencia.
Según el fallo firmado por los jueces Alejandro Omar Rodríguez Rey, Cristian Adrián Toto y Mariana Maldonado, “todas las irregularidades que desnaturalizan la prueba del proceso, alejan la posibilidad de arribar a la verdad de lo ocurrido”.
“El cuadro presuncional del que echó mano la acusación se encuentra plagado de irregularidades, de evidencias que una y otra vez se tornan incongruentes, falsas y ni siquiera en algún momento del juicio oral han podido ser recreadas”, sostuvieron.
A trece años del crimen que conmocionó a todo un país, la sentencia deja sabor a nada. Sin pruebas concretas contra los acusados y con fuertes críticas al Ministerio Público Fiscal, el Tribunal no logró trazar una conexión certera entre los cuatro sospechosos y el caso, dejando un final abierto, con más dudas, dolor e impunidad.
Producción y textos: María Clara Arias
Diseño y animación: Pedro Grunauer y Gisela Nieto.
Locución: Daniel Artola.