Riesgo país récord, inflación creciente y posibles tarifazos: qué dejó la renuncia del ministro de Economía
El economista Sebastián Scheimberg hizo hincapié en algunas medidas que se podrían tomar ante un escenario económico más complejo, tras la salida de Guzmán. Cuáles podrían ser las primeras medidas de Silvina Batakis.
Por Sebastián Scheimberg*
Una cosa es lo que se sabe que hay que hacer y otra, quién asume el costo político de tomar una decisión compleja y un sacrificio. Porque, si se está con un riesgo país un poco más abajo que el de Ucrania, un país que está en guerra, es porque hay una sociedad que está haciendo sacrificios. Está bien el voluntarismo de decir salario básico para todos, reducción de impuestos y moratorias, pero el tema es ver a quién le sacás para darle a otro. Hay un problema de distribución del ingreso muy claro, pero la cuestión es cómo se financia este programa.
En el caso del sector energético, que ha sido un talón de Aquiles del exministro (Martín) Guzmán, da la sensación de que hay una salida que es dolorosa y es que los que pueden pagar las tarifas plenas, las paguen. El problema de la administración pública es cuando le dicen al ministro “sí, lo hacemos”, pero los mandos intermedios no están de acuerdo y se frena esa maquinaria. Tendría que haber un tarifazo generalizado con subsidios focalizados, esa es la alternativa, pero quién se banca un montón de tapas de diarios con esta noticia.
El timing es malo para hacer un ajuste, pero, lamentablemente, lo hace el Estado. Tenemos experiencias de gobiernos que no se animaron a hacer ajustes o fueron suaves en las decisiones y, después, el mercado les contestó con el bolsillo. Cuando estás en una situación de guerra, las medidas son muy drásticas.
Escuché a la ministra (Silvina Batakis) decir que es fiscalista y que cree que hay que hacer la segmentación de tarifas, es decir, que no se diferenció de Guzmán. Creo que habría que decretar un feriado bancario y cambiario, y que todo el equipo de Gobierno se junte con un equipo de psicólogos y resuelva los traumas que tiene, porque esto es un tema de relaciones interpersonales. Veo conflictos de grandes egos. Hay que alinearse porque esto es como si, en un ejército, el teniente le diera las órdenes al general.
Hay un problema con los insumos importados. Hay un boom de consumo, pero esto precede a un aumento del nivel de inflación. Y, como precede esto, afecta la tasa de inversión. Entonces, mi vaticinio es que la inflación no va a bajar, sino que va a subir. Y, en un momento, va a ocurrir que no se querrá vender porque se dirá que no hay precios. Hay una incertidumbre porque no se sabe a qué valor se va a reponer. Estamos en un momento bisagra y me da la sensación de que no tomar medidas va a ser perjudicial. Creo que hay que tener menos miedo a las tapas de los diarios y pisar algunos callos en el sector público y, también, en el privado.
Hay un problema de precios relativos porque el gasoil más barato está en las estaciones de servicio. También ha habido un poco de contrabando hormiga, de cruzar la frontera con los camiones y, como hay distorsión en los precios, este contrabando hormiga no ha sido tan hormiga. Creo que el Gobierno ajustó un poco las clavijas en el control de Aduana y que va a haber un aumento de precios, que ya lo hubo. Se aquietaron las aguas, pero, tal vez, porque hubo noticias más graves que taparon este conflicto: no creo que se haya resuelto.
*Economista y docente de la UNLaM.