“No sabemos cuánto vamos a pagar la harina”, critican los panaderos
Así lo expresó el secretario general de la Federación Argentina de la Industria del Pan y Afines, Martín Leiras, sobre los importantes aumentos en el precio de la harina, en parte, por el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania. “En enero, pagábamos una bolsa de harina de 25 kilos a 1.050 pesos, pero, hoy, estamos en 2.300”, precisó.
Esta semana, la problemática de la inflación volvió a estar en el centro de la escena, ya que el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) informó que el Índice de Precios al Consumidor, en febrero, subió 4,7 por ciento, con lo que alcanzó un 8,8 en lo que va del 2022. Pero lo más preocupante es que el rubro de alimentos encabezó el listado, con 7,5 por ciento.
Por eso, Radio Universidad se comunicó con el secretario general de la Federación Argentina de la Industria del Pan y Afines (FAIPA), Martín Laines, que se refirió a la materia prima del sector que tuvo el incremento más importante: “El aumento de la harina fue exorbitante. En enero, pagábamos una bolsa de harina de 25 kilos a 1.050 pesos, pero, ahora, estamos en 2.300”.
“Veíamos que el precio se estaba disparando, por lo que tuvimos una reunión con el secretario de Comercio Interior, Roberto Feletti, y la cámara molinera”, expresó, y añadió que, en el encuentro, “se llegó a un precio del kilo de pan de entre 220 y 260 pesos, siempre que la bolsa de 25 kilos de harina no superara los 1.250 pesos, pero, hoy, está al doble”.
“Esos precios de referencia no duraron más de una semana por el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania, que son dos grandes exportadores de trigo”, indicó, y precisó que “hay más demanda de trigo y se exporta más, por lo que pareciera que, lo que queda acá (en Argentina), se tiene que pagar a precio de exportación”.
No obstante, Leiras sostuvo que “más allá del conflicto bélico y de la mayor demanda de trigo, hubo mucho de especulación”. “Siempre sucede que aumenta el precio cuando hay sequía o por otros motivos, pero, cuando pasa la sequía, el precio no retrocede, queda instalado y nadie controla nada”, cuestionó.
“Siempre termina perdiendo el consumidor porque, de alguna manera, no podemos dejar de trasladar los costos porque ya hay panaderías que están cerrando”, alertó, por lo que se mostró expectante con las medidas que el Gobierno nacional pondrá en marcha para contener los precios: “Se necesita previsibilidad para trabajar y no sabemos cuánto vamos a pagar la harina”.
Por último, mencionó la otra problemática del sector, el trabajo en negro: “Tenemos casi un 60 por ciento de clandestinidad en todo el país”. “Esta competencia desleal también hace que nosotros no podamos formar un precio. Algunos pagamos por los que no pagan y eso no está bueno”, concluyó.