Manteros y comercios formales: una tensión sin fin

El diálogo con Radio Universidad, el presidente del Centro de Comerciantes de San Justo y delegado municipal, Daniel Dauria, señaló que desde el Municipio les ofrecieron a los manteros mudarse a las ferias y que la propuesta fue rechazada.

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Los manteros, que para vender se ubican en calles céntricas de las localidades de Ramos Mejía y San Justo, por ejemplo, generan malestar en el comercio tradicional. “Tenemos al vendedor que se establece con su manta en un lugar específico y al otro que vende de manera ambulante”, describió Daniel Dauria, el delegado municipal de la cabecera distrital, por Radio Universidad. En ese sentido, Dauria, también presidente del Centro de Comerciantes de San Justo, señaló que “hay personas que se meten en la vidriera para vender y generan malestar en el comerciante y en el cliente”.

En el control de este tipo de problemas, aupados por las recurrentes crisis económicas, confluyen distintos aspectos: por un lado, la necesidad de ganarse la vida de gente que quedó fuera del sistema formal y, por otro, la de los comerciantes que tienen sus locales, dan empleo y cumplen con las cargas impositivas correspondientes. “Ante la imposibilidad de incorporar a los llamados manteros a las ferias municipales porque no quieren trabajar en esos lugares, pensamos otras alternativas”, anticipó Dauria. En ese sentido, comentó que les propusieron vender sus productos alejados de los locales del mismo rubro. “Si hay un vendedor que ofrece vasos y hay un bazar cerca, le pedimos que se ubique en otra cuadra”, ejemplificó el funcionario municipal. Además, expresó que hay distintas áreas del Municipio que luchan para solucionar el problema pero se hace difícil porque cuando “se hace un operativo se van y al rato vuelven”.

Además, Dauria señaló que se debe generar conciencia en las nuevas generaciones de consumidores para que compren en lugares habilitados y en regla. “Si el mantero no quiere ir a la feria a vender es porque sabe que en esa vereda puede vender. Entonces, buscamos desalentar la demanda. El comprador que consume los productos de esta forma evita que el dinero, en forma de impuestos, llegue a las escuelas y hospitales”, ejemplificó. Por eso, propuso que se genere una conciencia en el consumidor desde la escuela.