Un año de Milei: favorecidos y castigados en un modelo “muy parecido al menemismo”
Juan Manuel Gispert, politólogo del CEPA, hizo un balance del primer año de gestión de Javier Milei. Por qué considera que hay una "estabilidad frágil" y qué espera para 2025.
Por Juan Manuel Gispert*
Cuando uno ve la política económica, entiende que es mejor una estabilidad en algunas variables económicas. Porque es mejor tener una inflación más baja que la que teníamos. También es mejor que no sea una incertidumbre diaria cuánto está el dólar. Esto es positivo. Vemos una estabilidad en dos variables que en Argentina suelen generar conflicto, como la inflación y el tipo de cambio.
Lo más negativo en el primer año de Gobierno es hacia dónde se dirige el programa económico. Se podría haber evitado el nivel de daño en los jubilados, por ejemplo, ajustando impuestos a empresas grandes. Es una cuestión de coyuntura ver sobre quién recaía el ajuste económico del Gobierno.
Hacia adelante, Argentina se encamina a un modelo muy parecido al menemismo. Porque el programa económico se encamina a un modelo caro en dólares y en el que solamente puedan sobrevivir o crecer sectores que tienen competitividad internacional, como la minería, el petróleo, el agroexportador y lo energético.
Ahora, lo que es construcción, industria y comercio, los sectores que más empleo generan, están mal. Por eso, el modelo económico les va a dar incentivos a sectores muy específicos que, en el mejor de los casos, pueden traer un alto volumen de inversiones muy específicas y localizadas, con un escaso derrame productivo y valor agregado. Al mismo tiempo, se nota la destrucción de estos sectores, que son los que más empleo generan.
Por eso, veo que hay una estabilidad muy frágil en Argentina porque está lejos de ser una estabilidad consolidada. La estabilidad de precios y el tipo de cambio están basados en el poder de fuego del Banco Central.
Bifurcación
De acá en adelante, hay dos caminos posibles. Un camino es que a Javier Milei le salgan las cosas mal: esto sería que la vulnerabilidad de la estabilidad se exprese. Podría ser por una razón hexógena, como una disparada del dólar o algún conflicto, porque el principal trofeo que puede mostrar el Gobierno es la estabilidad económica. Y el otro camino es que al régimen que aplica Milei le vaya bien, que logre traer un flujo de dólares y en el que Vaca Muerta siga explotando. Lo más grave no es lo que pasó, sino hacia dónde se va.
También hay que tener en cuenta que el costo de esta estabilidad es altísimo porque cerraron cerca de 15.000 empresas y se perdieron 260.000 puestos de trabajo en el sector privado. Esto es importante porque el discurso de Milei de ir contra la casta y los “ñoquis” es muy fuerte, y no se termina de entender que los 260.000 puestos de trabajo que se perdieron pertenecían al sector privado, sumados al resto, los del sector público.
En los términos del Gobierno, se prevé una recuperación económica en sectores muy específicos que no tienen capacidad de derrame en la economía argentina. Lo positivo es que la recesión, si bien no se dejó atrás, se dejó de profundizar. La preocupación es que el ajuste siga como se aplicó este año.
No obstante, en las próximas mediciones interanuales los números van a ser positivas porque el golpazo y el deterioro del inicio de la gestión de Milei fueron muy fuertes. Seguramente, habrá un relato de exitismo respecto de un falso crecimiento económico y funcionamiento del modelo.
*Politólogo del Centro de Economía Política Argentina (CEPA).