Salarios: inflación, recesión y una economía peleada con los ingresos

El economista y asesor macrofinanciero Federico Pastrana analizó cómo repercute la crisis en los salarios. Por qué el RIPTE "no refleja la realidad" y la caída en los ingresos "es parte del plan económico".

Por Federico Pastrana*

Hay un problema generalizado en los datos que mira el Gobierno, en particular en los salariales: tardan mucho en publicarse. El primer dato que sale, que es el de la Remuneración Imponible Promedio de los Trabajadores Estables (RIPTE) y el que más toman las consultoras y el Gobierno, está muy influenciado por los ajustes que se hacen sobre los aportes personales a todos los asalariados registrados. El RIPTE hace un promedio de todos los salarios registrados que aportaron a la seguridad social. Y hay que tener en cuenta que es un indicador de recaudación, no de salarios.

En los primeros meses del Gobierno, el RIPTE se tomaba por su tope, que era muy bajo, y se sobreestimó la caída. Por eso, ahora da un aumento del siete por ciento en un mes, pero es porque el tope aumentó 27 por ciento, con un promedio del 16. Uno, como especialista en salarios y mercado de trabajo, sabe que esa velocidad de aumento no tiene mucho sentido porque hay una presión a la baja de las paritarias y los salarios nominales van bajando. Por eso, ese crecimiento de los salarios del RIPTE no refleja la realidad.

En Argentina, hace décadas que hay 25 por ciento de inflación como en diciembre y hace décadas que los salarios no crecen diez por ciento en un mes. La economía está en un régimen de inflación muy alto. Aunque es cierto que no estamos en niveles de ajuste salarial como sería en una dictadura militar, con un ajuste del 15 por ciento.

En base a las paritarias, que es un indicador actualizado, los salarios se ajustaron once por ciento en diciembre, con una inflación del 25 en el mismo mes. Así, en un mes, hubo un ajuste en Argentina que se dio en dos años, cuando, al final del macrismo, en 2018 y 2019, los salarios cayeron también un once por ciento.

Transición y recesión

Hay un estancamiento del salario real en marzo, abril y mayo porque, en esos meses, el Gobierno apostó a bajar la inflación y usó los salarios como anclas, a través de las paritarias. Hoy, pareciera que, más que seis meses de Gobierno, pasaron cinco años. La caída de salarios es parte del plan económico, es decir, que haya una contracción de la economía para que los precios no suban. Esto es algo que se dice desde el propio Gobierno.

Creemos que el Gobierno está en la segunda fase de la transición y necesita la recesión para que la inflación vaya bajando. Pero, con recesión, no puede haber una recuperación vigorosa. Si el Gobierno empieza a recuperar la actividad económica, es probable que la inflación se coma esa recuperación. El Gobierno estaría atrapado en su propio plan. Lo más probable es que haya medidas más fuertes, relacionadas con la dolarización y la reforma monetaria.

Este modelo también puede sufrir un agotamiento que puede venir por varios lados. Podría ser por agotamiento político, social o de los mercados, que pueden perder credibilidad en el Gobierno. La inflación puede bajar, pero lo más probable es que se reavive.

*Economista, profesor de Macroeconomía y asesor económico macrofinanciero.