Primer año de Milei: cambio de rumbo, Banco Central, desregulación y prioridades para el 2025
El economista y director de la Fundación Libertad y Progreso, Aldo Abram, hizo un análisis sobre el primer año de gestión de Javier Milei en la presidencia. El cambio basado en el Banco Central, la importancia de profundizar la desregulación de la economía y por qué es vital continuar con “la reforma del Estado”.
Por Aldo Abram*
Teniendo en cuenta que los argentinos pidieron un cambio de rumbo, creo que algunos puntos muestran que ese cambio se inició. Durante décadas, hemos tenido gobiernos con economistas que nos convencieron de que un Estado podía gastar más de lo que le ingresaba. Pero todos sabemos que, si hacemos eso en nuestra casa o negocio, quebramos. Por eso, hay que ser austero manejando las finanzas. Lamentablemente, aprendimos por las malas que los países terminan igual.
Esto pasa cuando se usa al Banco Central para financiar los excesos de gasto. Haber igualado los ingresos con los gastos y que la gente lo avale es uno de los grandes logros de este Gobierno. Pero hay que mantener esto en el tiempo y no aumentar los gastos en términos del PBI. La realidad es que la presión tributaria en Argentina es exagerada y no permite a los productores ser eficientes.
Hay países vecinos, y ni hablar de los países desarrollados, que tienen un dígito de inflación. Esto es porque tienen un Banco Central que emite solo lo que la gente demanda, en lugar de financiar a los gobiernos de turno, como suele hacer nuestro Banco Central, lo que genera una depreciación fenomenal de la moneda.
Ahora, como el Banco Central dejó de financiar los excesos de gasto del Gobierno, la inflación se está desacelerando cada vez más rápido. Todavía, falta tener un Banco Central mínimamente solvente. Esta es una deuda porque el Banco Central que recibió el Gobierno estaba quebrado. Creo que para el 2026 o 2027, ya tendremos un dígito de inflación.
Desregulación de la economía
Es importante destacar que se inició un proceso de regulación, que está permitiendo que cada vez más sectores de la población mejoren su poder adquisitivo frente a la inflación. Estamos escalando para salir del pozo.
Los primeros salarios en comenzar a recuperarse fueron los de los trabajadores en relación de dependencia, en organizaciones colectivas. Pero estamos viendo que están reapareciendo las changas porque a los autónomos o aquellos trabajadores informales tarda más en llegarles esta mejora.
Aspectos negativos
Quizás, el aspecto más negativo en términos económicos es el impacto derivado de que había que hacer un proceso de desregulación muy fuerte. Como esto es un proceso, la recuperación económica de los argentinos será lenta. En el caso de los jubilados, creo que sentirán la mejora luego del segundo semestre del 2025. Pero el proceso es lento porque no hay magia en la economía.
Otro aspecto es no haber salido a una unificación cambiaria y, después, ir desarmando al resto de las regulaciones que hacen al cepo. Creo que, a lo largo del año, hubo oportunidades para eso, que es cuando la brecha cambiaria se achica. Porque mantener el cepo es poner un lastre a la recuperación económica.
Prioridades para el 2025
Creo que el principal desafío para el próximo año es continuar con el proceso de desregulación, mantener el equilibrio fiscal y aprovechar que pasó la emergencia. Así, continuar con la baja de impuestos para aliviar la carga que debe llevar el sector productivo.
La desregulación es importantísima porque, en Argentina, hubo más de 70.000 regulaciones que asfixiaban a los emprendedores y a las PyMEs. Por esto es que hay un enorme grado de informalidad. Pareciera que a las PyMEs no les conviene asomar la cabeza porque, sino, las terminan fundiendo con impuestos.
Por último, creo que hay que encarar una reforma del Estado profunda porque lo que hubo son recortes de emergencia. Este año, vimos algunas reformas del Estado para hacerlo más eficiente, que gaste menos y sirva más a los ciudadanos antes que a la política.
*Economista y director de la Fundación Libertad y Progreso.