Inflación: el dilema de una problemática que no cesa y de los indicadores engañosos

El economista Juan Valerdi explicó en Radio Universidad por qué “no es un éxito” la desaceleración de la inflación de 25,5 a cuatro por ciento y lo comparó con “el falso repunte” en la construcción. Por qué los indicadores económicos engañan más de lo que muestran y qué proyecto de país ve en el corto plazo.

Por Juan Valerdi*

Que la inflación haya mostrado una desaceleración algunos meses no es un éxito. Obviamente que la inflación va a ser menor que el 25,5 por ciento de diciembre, cuando Javier Milei recién asumió como Presidente y dio bandera verde a las empresas para que hicieran lo que quisieran con los precios. La gente nota en los supermercados que no importa que la inflación baje a cuatro, tres o uno por ciento si no le alcanzan los salarios. Además, la inflación de cuatro por ciento mensual, en forma anual, da más de un 60. Esto, siempre y cuando los números sean ciertos.

Esta situación es lo mismo que pasa con la construcción, que cayó un 50 por ciento y está mejor en comparación con mayo o junio. Pero eso no quiere decir que hay una mejora en la actividad, sino que cualquier cosa es mejor a cuando estuviste en el fondo del mar.

De estadísticas

En general, en economía, los indicadores están más apuntados a engañar que a mostrar. Por ejemplo, el caso de que el Producto Bruto Interno (PBI) sea indicador de qué tan bien le va a un país. Eso es mentira porque se puede tener una suba altísima del PBI que no se reparte entre la población y que, incluso, puede estar acompañada de mayores niveles de pobreza, como pasó después de la pandemia de COVID-19 o en 2002, cuando hubo superávit de balanza comercial.

El principal problema de los argentinos es el propio Gobierno, que tiene un proyecto de país que deja a 40 millones de argentinos en la banquina, de los cuales quiere tomar a unos diez millones para que sean siervos feudales. Hay una disparidad entre la realidad y lo que el Gobierno cree que pasa, con medidas que incluyen la entrega de los recursos naturales.

Para el año que viene, la mejor noticia sería que los indicadores sean medidos por otro gobierno que haya elegido la gente en elecciones. Este gobierno nunca nos puede llevar a buen puerto, especialmente, si le salen bien las cosas.

*Economista y Magister en Finanzas Públicas