Inflación: causas, consecuencias y cómo seguir
La economista Celina Calore, del Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz, se refirió al índice inflacionario de febrero. Por qué no es un dato para festejar y qué aconseja a los ahorristas.
Por Celina Calore*
Vemos una desaceleración en la evolución de los precios luego del pico de diciembre, que tuvo una inflación récord de 25,5 por ciento. La inflación de febrero, a pesar de la desaceleración, es la más alta si quitamos los datos de diciembre y enero. Es un número muy importante, no creo que sea para festejar. Los alimentos no estuvieron por encima del promedio porque ya aumentaron mucho en diciembre y enero.
Es claro que, si no hubiesen aumentado las prepagas o el combustible, la inflación sería menor. Pero esto es resultado de las políticas que se están llevando a cabo, de un arrastre de años anteriores y de una inercia sobre la que operan los shocks que tenemos en distintos mercados. Los aumentos de combustibles y la quita de subsidios impactan en la inflación.
La inflación es el aumento generalizado y continuo de todos los precios de la economía. En el caso de los alimentos, no influye que haya promociones: difícilmente bajen los precios si se sacan las promociones. Las ofertas están desde siempre, no es que empezaron con este Gobierno. Pensar que eso es motivo de inflación es un análisis forzado.
Si el Gobierno esté reconociendo que hay formadores de precios y que los hipermercados, de algún modo, tienen injerencia en la inflación, está dando un paso adelante al entender que la inflación no es solo un fenómeno netamente monetario. Que los libertarios entiendan esto sí es un paso y es para celebrar.
El consumo viene bajando fuertemente. Seguimos la medición de las ventas en supermercados, que vienen cayendo. También seguimos el índice de CAME, que también habla de grandes caídas. Esto, luego, se traslada al empleo y ahí está el límite. Pero creo que el Gobierno no va en esa línea.
En el caso de los ahorristas, cada uno tiene distintas particularidades. Aconsejo adelantar algún consumo, comprar algún tipo de bien que uno sepa que consumirá porque, con la inflación, el dinero se desvaloriza. O bien acceder al dólar paralelo.
Importación de alimentos
Tenemos que cuidar los dólares, no hay reservas para empezar a importar productos finales. Más bien habría que reservarlos para los insumos que requiere la industria para la producción. Es probable que los productos importados se vean en las góndolas.
Argentina produce bienes de calidad y esto no tiene que atentar contra el trabajo argentino. Porque, si vamos a comprar afuera lo que producimos adentro, probablemente algunas empresas empiecen a bajar su ritmo de producción.
*Economista del Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz.