El dato de la inflación, el peor en 20 años
El economista Martín Epstein, del CEPA, analizó la situación económica del país en relación al anuncio del Índice de Precios al Consumidor y las primeras medidas tomadas por el nuevo titular del Palacio de Hacienda.
Por Martín Epstein*
Las primeras consideraciones del Índice de Precios al Consumidor (IPC) son que, efectivamente, el dato es alto, es el peor en 20 años, sin embargo, no era un número que no se esperaba, de alguna manera estaba adelantado por el Índice de Precios que dieron en la Ciudad de Buenos Aires que, suele darse unos días antes. Los dos índices estuvieron bastante cerca: 7,7 por ciento el de CABA y 7,4 por ciento a nivel Nacional. Esto, obviamente empeora la situación en términos interanuales: un 71 por ciento y con un acumulando al mes de julio de un 46,2 por ciento de inflación.
El primer análisis es que es complejo bajar estos valores y es de esperar que este sea el peor dato del año. Va ser muy difícil aplicar un proceso de desaceleración de la inflación en los próximos meses, aun con mejores índices en lo que refiere a agosto, septiembre y octubre, más adelante, hay que imaginar un cierre de año con una inflación muy elevada.
El rubro que más bajo dio es vivienda con un 4,6 que, si ese fuese el nivel general, sería altísimo y ese es el dato del rubro que mejor midió este mes. Otro dato para considerar es que el rubro alimentos, que venían por encima de la media en los últimos meses, quedó por debajo por poco. Esto tiene que ver con que otros sectores que suelen traccionar para arriba el nivel general. Hay dos rubros particularmente protegidos que vienen siempre punteando la inflación mensual: prendas de vestir y gastronomía, restaurantes y hoteles.
Estos sectores están superando a nivel interanual números que son escalofriantes. La categoría prendas de vestir y calzado, aumentó el 96,7 por ciento a nivel nacional y en el Gran Buenos Aires este dato es peor todavía: supera el cien por cien la inflación. Algo similar pasa con restaurantes y hoteles: a nivel nacional alcanza el 90,6 por ciento interanual y en el gran buenos aires el 94,9 por ciento. Claramente acá hay un problema estructural con educación para ciertos sectores que, en contextos como el que estamos, están aprovechando para pegar un salto hacia adelante.
El dato de salarios que es malo, obviamente que, en el contexto de inflación mensual tan elevada, es muy difícil encontrar sectores de la economía que puedan ganarle con la negociación paritaria todos los meses. Puede pasar que, por la aplicación de cuotas de paritarias, haya algún mes en el cual algún sector logre ese aumento particular y ganarle por ese mes a la inflación.
Con este nivel inflacionario la mayor parte de los sectores de la economía argentina están perdiendo, obviamente esto tiene sus grises porque ni todos los sectores registrados tienen el mismo tipo de negociación colectiva, ni toda la economía se mueve en el mundo de los registrados. Cuando se mira como está la relación inflación - salario se hace en base a los sectores privados, al empleo público y al empleo no registrado. Claramente se encuentra con un escenario bien diferente de los sectores no registrados y el trabajo no registrado viene con una pérdida que en lo que va del año significativa de diez puntos.
Recordemos qué la senda de la inflación, al menos hasta el mes de diciembre del año pasado, venía estabilizándose con un enero del 2,5 por ciento mensual que, si bien era alto, era bastante mejor que ahora y todo esto empeoró con la guerra. Desde CEPA venimos diciendo es necesario un aumento de salarios por decreto como ya hizo este gobierno al inicio en su asunción, pero también, como se hizo durante la gestión de Néstor Kirchner. Una forma de lograr un salto hacia adelante en términos de salarios para poder recomponer poder adquisitivo en el corto plazo y que esto después sea parte de la administración de los gremios.
Por otra parte, hay dos cuestiones sobre las que se informó el miércoles: el ajuste de las jubilaciones por la ley de movilidad que, va ser complementada con un bono para lograr recomponer esa situación y, segundo, se espera en breve una rueda del consejo del salario que actualice el Salario Mínimo Vital y Móvil para también poder acompañar eso.
En relación a las empresas y la política de la remarcación, estas siempre tienen un justificativo que después, cuando se desanda no nos retrotrae. Esto se observa especialmente en los sectores de recreación, cultura y equipamiento. Hay un efecto directo de esa puja por la devaluación que se dio en ese primer momento de corrida tras la renuncia de Guzmán, ahora hay que ver cómo se logra negociar o imponer condiciones en esos sectores para volver a precios más o menos razonables.
La sensación que da la actualidad económica es que es difícil lograr una desaceleración muy fuerte. También es cierto es poco probable que el mes que viene de un índice por encima del que hay ahora porque las condiciones no están dadas para un aumento peor, pero el nuevo techo que representa va a hacer que sea muy difícil un proceso de desaceleración fuerte de la inflación. Según el ministro Economía los dos meses de mayor inflación van a ser julio y agosto. Habrá que ver qué efecto tiene la política de Massa en la inflación respecto al mes de septiembre y, en el medio, hace falta tomar medidas concretas porque los sectores más vulnerables ven como el poder adquisitivo de su salario cada vez pierde más rápidamente contra la inflación y no tienen tiempo para seguir esperando.
Por ahora hay que esperar a ver los resultados de la gestión. El rumbo sigue siendo el que planteó el gobierno de Fernández en su inicio. Hay tres cuestiones centrales que tienen calar Massa y, que en principio, está encarando: reservas, inflación y sentarse a renegociar metas con el Fondo Monetario Internacional porque estamos en un escenario de incumplimiento evidente, al menos la meta de reservas, y esto va a ser falta renegociarlo de alguna manera.
* Economista del Centro de Economía Política Argentina (CEPA)