Desplome en el consumo de leche y pobreza infantil: la peor cara de la motosierra

El director de DEUCO, Pedro Bussetti, habló de la caída en el consumo de leche en el país: va camino a ser el más bajo de los últimos 40 años. Cuánto aumentaron los precios de los lácteos en el último año y por qué los argentinos pagan estos productos al valor internacional.

Por Pedro Bussetti*

En Argentina, estamos siendo testigos de una situación inédita del incremento del costo de vida, el aumento de los servicios públicos y el deterioro de los ingresos de los trabajadores y los jubilados. Días atrás, la UNICEF alertó sobre las carencias de millones de chicos y jóvenes debido a la situación económica que estamos padeciendo.

Advertimos que el consumo de lácteos se encamina a terminar el año como el más bajo de la historia del país. El consumo de lácteos es más que importante para las embarazadas y la niñez, es vital para el desarrollo por su calcio. La recomendación del Ministerio de Salud es que debe haber, al menos, tres ingestas de leche al día.

Pero la UNICEF asegura, en un informe, que, de casi siete millones de chicos y chicas, un 90 por ciento de sus familias dejó de comprar leche, carne y otro tipo de lácteos; además, las ventas de productos lácteos cayeron un 14,4 por ciento interanual. De las distintas variaciones del lácteo, las que más cayeron fueron los postres lácteos y flanes, con un 53,4 por ciento; las leches chocolatadas, con un -45,4; y la leche en polvo entera y semidescremada, con -38.

Récord de caída

Según los años, el indicador más bajo de consumo de leche fue en 1990, cuando los argentinos consumíamos 162 litros de leche per cápita anual. En lo que va de 2024, llevamos 156 litros de leche per cápita, con lo que se superaría, si termina así, un ciclo de más de 30 años.

En lo que concierne a los aumentos en los precios, según la medición interanual de julio del INDEC, los lácteos que más subieron fueron los 200 gramos de manteca, con un 350,22 por ciento; los 400 gramos de dulce de leche, con 305,74; el kilo de queso pategrás, con 299,60; el litro de leche entera en sachet, con 295; y el kilo de queso sardo, con 294,26.

Los argentinos estamos pagando los lácteos al valor internacional, es decir, el valor al que exportan las principales empresas, sobre todo, la leche en polvo. Por eso, esta caída del consumo de leche tiene que ver con el aumento en los precios de los lácteos y la disminución del poder adquisitivo de los argentinos.

Pero lo que no bajó es la rentabilidad de la principal empresa láctea del país, que cubre el 85 por ciento de la demanda de lácteos en Argentina: Mastellone Hermanos, dueña de la marca La Serenísima, tuvo una ganancia neta de 56.096 millones de pesos en el primer semestre del año, contra una ganancia de 9.628 millones de pesos en 2023.

Si el Estado o el Gobierno nacional no toma medidas para que la población tenga el acceso necesario a los lácteos, habrá consecuencias negativas. Porque esta es la relación que hay entre los aumentos de precios, la pérdida de ingresos salariales y la falta de políticas estatales que garanticen que todos los hogares ingresen a los alimentos básicos.

*Director de Defensa de Usuarios y Consumidores (DEUCO)