Sergio Quiroga recordó el ascenso del Verde de hace 20 años

El DT del equipo campeón 2002 rememoró aquella epopeya para subir a la Primera B, en medio de la peor crisis institucional y económica del club.

Era octubre de 2001 y Argentina vivía uno de los peores momentos institucionales de la historia. El modelo económico estaba en jaque y la representatividad del Gobierno encabezado por Fernando de la Rúa se agotaba.

En ese marco, Deportivo Laferrere también pasaba por una de las peores crisis de su corta vida. En pleno proceso de quiebra, sin dinero ni técnico para continuar en el campeonato 2001/2002 de la Primera C, Sergio Quiroga se hizo cargo del plantel de Primera.

“En ese momento, la Primera se quedó sin entrenador y yo, que era técnico y coordinador de las inferiores, asumí como DT. El club estaba en convocatoria, quebrado. No se podía entrenar en lo que hoy es el Polideportivo porque el pasto tenía un metro y medio de alto, y nos entrenábamos sobre la ruta 21, al lado de la YPF, que era lo más parejito que había por la zona. Fueron momentos muy duros”, rememora el Chinchu en diálogo con El1 Digital.

“No había dinero, no teníamos ropa y ante esta situación se fueron un montón de jugadores, entonces tuvimos que armar un equipo nuevo, y había jugadores que no habían jugado, como Fabián Bustos o el Chulo Verón, quien trabajaba en el Mercado Central durante los fines de semana y no podía estar en los partidos. Era un lindo desafío, porque si bien uno no quería llegar de esa manera, fue lo que tocó y Dios quiso que fuera así”, sostiene.

Quiroga asume como DT antes de la 12ª fecha del Torneo Apertura y, tal como reza el refrán, debutó con un triunfo. “El primer partido nos tocó con Excursionistas y había gente de la comisión directiva que era reacia a cómo nos podía ir. Les dije que si estaba ahí era porque sabía que nos iba a ir bien, y que si podíamos convencer a los jugadores que quedaban, se nos podía dar. Y le ganamos 5 a 2 al gran equipo de Néstor Rappa. Después jugamos cuatro o cinco partidos más y nos tocó hacer la pretemporada”.

En el Apertura, el Verde finalizó 11° con 18 puntos, producto de cinco victorias, seis empates y seis derrotas. Y después del convulsionado diciembre, el Chinchu planificó la pretemporada de cara al Clausura.

“No podíamos ir a ningún lado porque no había un peso. Y un hincha ferviente, Carlitos Cairala, dijo que tenía una quinta en Pontevedra para que fuéramos. Había como un galpón grande y, a dos o tres cuadras, había una tosquera que sirvió para los entrenamientos. En el Poli, que estaba todo abandonado, había diez camas cuchetas de tres, así que las desarmamos, las llevamos en una camioneta, las armamos en el galpón y se las dimos a los jugadores. Y al lado, que había un cuartito, el cuerpo técnico y algunos jugadores, como el Mechón Cáceres y el Oso Rearte, que fue la única incorporación que tuvimos, dormíamos en el piso porque no teníamos más camas”, recuerda.

“Nos levantábamos a la mañana y, mientras los chicos salían a correr por la tosquera, les preparábamos mate cocido con galletitas. Venía, desayunaban y volvían a entrenar mientras le preparábamos los fideos para el mediodía. Después comían, descansaban un rato y hacían el tercer turno. No era normal lo que hacíamos, pero era lo que teníamos. El único baño que había estaba a 150 metros y nadie quería ir, ja, ja. Pero lo disfrutamos mucho y, esa convivencia, nos fortaleció como grupo”, cuenta como si hubiera sido ayer.

Sin dinero ni recursos, Lafe afrontó el campeonato con lo único que tenía: jugadores y cuerpo técnico con sed y hambre de gloria. Nada más. “Decíamos: ‘Tenemos que ir por la gloria y por el prestigio’. Teníamos una ilusión muy grande. Y cuando empezamos a jugar y empezamos a ganar, nos preguntábamos cómo íbamos a hacer para que los chicos sigan motivados, porque no había plata y era algo insostenible. Pudimos conseguir que algunos socios nos ayudaran con algo de dinero e íbamos a comprar bolsones de comida al mayorista, entonces por cada partido que ganaban, se sorteaban cinco o seis bolsones. Ese era el premio y eso nos hizo gigantes, porque había mucho compañerismo”, narra el DT del equipo campeón con 12 triunfos, dos empates y tres caídas.

Y continúa: “El equipo tenía una mentalidad ganadora. Hubo varios partidos que se dieron vuelta y no sé si hay otro antecedente, pero ganamos los cuatro partidos del cuadrangular por el ascenso; le ganamos los dos partidos a Acasusso (3-2 y 2-0) y los dos a Colegiales (2-1 y 2-0). Jugábamos como locales en la cancha de Almagro y la policía nos decía ‘qué lindo que vengan a jugar acá, la cancha se llena siempre y es emocionante’”.

El 13 de julio de 2002, en José Ingenieros, el equipo del Chinchu le ganó la vuelta al Tricolor de Munro y festejó el último ascenso hasta hoy. “El equipo se hizo fuerte en la necesidad. Se armó un gran grupo, salimos campeones y nunca hubo dinero, nunca; era la gloria y quedar en la historia. Fue algo maravilloso. Cada vez que me acuerdo de ese ascenso me emociono, porque fue algo muy sacrificado”, dice Quiroga, con la voz quebrada, los ojos sollozos y una sonrisa orgullosa.

Campaña de Laferrere en el Torneo Clausura 2002

FechaRivalResultado
1Acassuso1-0
2Argentino (M)1-0
3Cañuelas3-2
4San Martín (B)4-0
5Lamadrid 3-2
6J.J. Urquiza2-1
7Berazategui3-0
8Riestra5-0
9Colegiales0-1
10Luján3-1
11Midland2-0
12Excursionistas1-3
13Liniers0-0
14Comunicaciones 3-0
15V. Dálmine0-4
16Dock Sud 1-1
17Barracas2-0