El Verde vivió su noche soñada pero no pudo hacer mucho ante un River demoledor

No siempre el fútbol es “la dinámica de lo impensado”, como lo afirmaba el periodista Dante Panzeri. Hay veces donde la lógica se impone. Y cuando ocurre eso, no hay mucha vuelta que darle. Eso fue lo que sucedió en el estadio Padre Martearena de Salta, en la noche de este miércoles: Deportivo Laferrere puso el alma y el corazón, pero no pudo hacer demasiado ante un River arrollador, que exhibió toda su jerarquía para golear 5 a 0.

Hacer un análisis futbolístico de lo producido por el Verde en este encuentro de Copa Argentina no solo es innecesario, también es muy injusto. Porque las diferencias que existen entre el que es hoy el mejor equipo del país y el Villero son abismales.

Quizás quede el gusto amargo de no haber podido hacer al menos un gol, algo que podría haber sucedido en el primer tiempo, cuando con el partido aun 0 a 0, Julián Rodríguez Seguer no pudo definir en un mano a mano ante Franco Armani, pero no hay nada para reclamarle a un grupo de jugadores que puso todo lo que tenía en lo que fue una noche histórica para el club, por haberse enfrentado por primera vez ante uno de los equipos más grandes de la Argentina.

A los más de cuatro mil hinchas de Lafe que viajaron más de 1500 kilómetros y llenaron una de las cabeceras del Martearena poco les importó el resultado. Ellos armaron su propia fiesta. Hubo un grupo reducido que amagó con empañar la noche en el primer tiempo, arrojando objetos al campo de juego y trepándose al alambrado, pero luego todo se calmó y la gente se dedicó a disfrutar el momento, cantando y saltando bajo la lluvia, tapando en muchas ocasiones a la multitud riverplatense.

El 9 de marzo que estaba resaltado en el almanaque de todos los simpatizantes de Deportivo Laferrere ya pasó. Es historia. Fue el día en el que Lafe se enfrentó al River de Marcelo Gallardo, uno de los mejores equipos de los últimos tiempos. Fue derrota 5 a 0, es cierto. Pero también fue caravana. Fue alegría. Y fue orgullo de gritar bien fuerte “Villero soy, y Lafe es la alegría de mi corazón”. Un grito que retumbó en Salta. Y que pudo escucharse en todo el país.

MOMENTO HISTÓRICO: LAFERRERE SALE A LA CANCHA PARA JUGAR ANTE RIVER