El Mirasol no pudo con Riestra y deberá seguir esperando para lograr su anhelado ascenso
Almirante no tuvo ideas para quebrar la resistencia del Malevo, que supo aprovechar sus chances para ganar 2 a 0 y terminar imponiéndose en la serie con un global de 4-0. Los hinchas despidieron al equipo con aplausos, en lo que fue un justo reconocimiento para un equipo que fue protagonista durante toda la temporada.
El final no fue el soñado. La tarde del domingo empieza a hacerse noche en el Fragata Sarmiento y Almirante Brown casi que no puede con su alma. Deportivo Riestra lo aprovecha, gana 2-0, estira el global a 4-0 y deja al Mirasol sin final del Reducido. No obstante, sus hinchas, en medio del dolor, deciden despedir al equipo con aplausos, como una manera de agradecer por la extraordinaria temporada que les hicieron vivir, en la que la ilusión de jugar en Primera División por primera vez en su vida estuvo muy cerca de concretarse.
El 0-2 en el Bajo Flores, en el probablemente peor partido del Mirasol en el año (por rendimiento e importancia de la instancia), había dejado muy obligado al equipo de Darío Franco para el encuentro de vuelta. Sin embargo, en el mismo inicio del partido se presentó una situación que revitalizó la esperanza, cuando Pedro Ramírez, volante central de Riestra, se fue expulsado a los dos minutos por una durísima entrada contra Axel Ochoa.
El panorama, de pronto, parecía despejarse. Sin embargo, el conjunto de Darío Franco no supo cómo doblegar a un equipo que se replegó muy bien y no le entregó ningún espacio para que pueda lastimarlo. Y para colmo de males, a los 24 minutos Joaquín Goitía tomó un rebote a la salida de un corner y metió un derechazo impresionante que se colgó en el ángulo superior derecho de Ramiro Martínez.
Con ese tanto, el optimismo por jugar con futbolista más se desvaneció y, si bien siguió intentando de manera desordenada (pese al tempranero ingreso de Diego García para intentar clarificar el juego), la sensación de que las chances empezaban a desmoronarse invadió el Fragata Sarmiento.
En el inicio del complemento no se vio una reacción que invitara a la ilusión. Es más, el equipo del Bajo Flores estuvo muy cerca de aumentar el marcador. Y cuando a los siete minutos el árbitro Pablo Giménez expulsó a Nazareno Bazán por un manotazo en una disputa del balón (la roja pareció exagerada) las pocas expectativas de remontar la serie desaparecieron por completo. Solo hubo tiempo para un gol más de Riestra (lo marcó Nicolás Dematei luego de una cesión de Milton Giménez).
En otro tiempo, ese gol hubiera significado un vendaval de insultos y un descontento que podía derivar en hechos de violencia lamentables. En cambio, aparecieron los aplausos y las canciones de aliento. Y fue un estricto acto de justicia para un equipo al que nunca le sobró nada, que incluso estuvo por encima de las expectativas y que provocó que los hinchas vivieran un año repleto de ilusiones, ganando su zona y llegando a la gran final por el ascenso que originó la mayor movilización popular de un club matancero, llevando 25 mil personas a Córdoba.
En 2024, la vara estará alta. Almirante tendrá que volver a ser gran protagonista y luchar hasta el final por ese ascenso soñado. Ya estuvo cerca dos veces en los últimos tres años. Esa es la receta. Seguir estando ahí, bien cerquita. Hasta que se haga realidad. Algo que el pueblo aurinegro sabe que se terminará dando. Pese a que ahora, todo es dolor y tristeza.