Sebastián Wainraich: “Me encanta llegar al drama desde la comedia”
El actor, escritor y presentador protagonizará el unipersonal “Frágil” en el Teatro Universidad. Adelantó premisas del espectáculo y de los personajes que interpreta en escena. Las vicisitudes en torno a la comedia y sus búsquedas artísticas.
En la vida de una persona se hacen presentes múltiples dicotomías, ya que puede haber momentos duros o endebles, así como también pueden aparecer circunstancias cercanas a la comedia o al drama. Si bien cada una toma sus propias decisiones, a través del exitoso espectáculo Frágil, Sebastián Wainraich invita al público a viajar al interior de su cabeza y a transitar las dualidades de la vida.
La próxima parada del unipersonal dirigido por Flor D' Agostino será el sábado 8 de julio, a las 21.30, en el Teatro Universidad. Por lo tanto, el popular actor, escritor y presentador conducirá una aventura caracterizada por el humor, la música, la participación de eclécticos personajes y una gran puesta audiovisual. Será una travesía tan desopilante como profunda, para reír y reflexionar desde la butaca.
Las entradas para Frágil pueden adquirirse en la boletería del auditorio de la UNLaM (lunes a viernes de 11 a 21, sábados, domingos y feriados de 15 a 21) o en el sitio web Ticketek.
- Llevás cinco años haciendo esta obra, ¿qué te motiva a continuarla en escena?
- Sí, en realidad son cinco años interrumpidos porque estuvo la pandemia en el medio, ahí pensé que nunca más la iba a hacer, ¡pero seguí! Lo que me motiva es que la gente va al teatro, la pasa bien, y yo también la paso bien. Sí me cuestiono a cada rato, o cada vez que vuelvo, 'che, ¿hago otra cosa?'. Pero me enamora esta obra, me gusta hacerla y el público responde. Así que, por ahora, continúo, y tampoco es que la hago todo el tiempo, son temporadas cortas.
- Dentro del espectáculo te fragmentás en distintos personajes, ¿cuáles son sus peculiaridades?
- Sí, todo va pasando en el escenario, el monólogo me va llevando a esos personajes, que tienen otra manera de pensar y de hablar, me voy transformando. Ellos logran que yo descanse un poco de mí y que el espectador descanse del monólogo continuo. Aportan un quiebre en la obra y, a su vez, la completan. Aparece un fanático que no entiende de razón, una señora que cuenta su historia familiar, un rabino, y un señor mayor que reflexiona y es un homenaje tanto a mi abuelo como a Mario Sabino -un personaje que hacía Fernando Peña-. Todo personaje surge porque me estoy acordando de alguien, a veces no es una persona concreta, puede ser la mezcla de varias, y algo más.
- Asimismo, hay elementos corpóreos y digitales, ¿de qué manera influyen en tu actuación?
- ¡Los recursos sirven! Por ejemplo, trabajo con una pantalla, no todo el tiempo, sino en momentos puntuales del espectáculo, y eso completa la escena, ayuda a la comedia también. No me gusta que esté porque esté, está para cumplir una función. Al espectáculo entro con una valija, y dentro de ella hay un mundo, ahí va pasando de todo, ¡en su interior está la obra!
- Al ser un unipersonal, estás “solo” en escena, ¿qué señales dentro de la función te marcan que vas por el camino correcto?
- Si está bien o mal nada te lo puede decir. Sí hay una percepción, una intuición, los años dan cierta experiencia. En la comedia hay algo que es hermoso y peligroso: la risa del público. Es hermoso porque es una devolución extraordinaria, es lo que buscamos -entre otras cosas-, lo que completa la obra. También es peligroso porque está el riesgo de que te lleve para un lado que no es el del espectáculo, y que por las ganas que tenés de despertar una risa hagas cualquier cosa. Hay que encontrar el equilibrio, que se aprende con los años. Porque, tal vez, con tal de hacer reír te salís del camino, traicionás a la obra, si bien podés lograrlo en el momento, a la larga perdés porque se desvirtúa todo.
- Frágil es una comedia hilarante y reflexiva al mismo tiempo…
- ¡A mí me encanta llegar al drama desde la comedia! Me parece el mejor camino, el que más me gusta, en el que me siento más cómodo, el que más me sensibiliza. En Frágil atravieso los temas que para mí son cruciales en la vida, pero desde el punto de vista cómico. No sé si entro en terreno dramático, pero sí entro en otro tipo de clima en un 15 por ciento de la obra, después es intensa y voy rápido. Otro peligro de la comedia es creer que si estás al palo lo estás haciendo bien. Este clima diferente quiebra un poco la intensidad del espectáculo, el cual va cambiando de estado a cada rato, por eso tiene ese título, entre otras cosas.
- Justamente en torno al título, ¿en qué circunstancias de tu vida profesional te sentiste frágil?
- En la profesión no lo sé, tal vez ahora que lo pienso es parecido al camino de la vida. La fragilidad la percibimos todo el tiempo, no es de paranoico, pero en un segundo se puede caer todo, ¡ahí está! Tampoco hay que vivir pensando que se puede caer todo, no sé cómo hay que vivir en realidad, ¡no tengo idea!
- ¿Le temiste en algún momento a esa fragilidad? ¿o pudiste capitalizarla y llevarla adelante?
- ¡Todo eso junto! Sí se le tiene miedo, aunque tampoco estoy pensando en eso todo el tiempo. A veces, cuando una noticia cercana, un sentimiento o algo que pasa te atraviesa, quedás impactado. Pero todo el tiempo nos estamos haciendo los distraídos ante eso, y hacemos obras de teatro o entrevistas para olvidarnos, ¡y vos me lo recordás en esta nota! (risas) Habría que analizar qué nos pasa en la cabeza cuando estamos en el escenario, porque estamos pensando en el público, en la actuación, en el texto, y a su vez hay algo que surge automáticamente.
- Sos uno de los referentes de la comedia nacional, ¿alguna vez te preguntaste, y respondiste, por qué y para qué hacés humor?
- Porque es el camino que encontré, que me gusta, en el que me siento cómodo. Es el camino que me ayudó, y me ayuda, a comunicarme con los demás, no todo el tiempo es humor tampoco. Y el para qué está vinculado a acercarme a las demás personas para divertirme, y ahora también para vivir, increíblemente ese es mi trabajo, entre otras cosas.
- ¿Sentís que, en la profesión, en algún momento, el humor te limitó?
- No es que me limite. Me parece que con los años uno se va haciendo un lugar, por lo menos en mi caso, y tal vez yo lo fui rompiendo un poquito. Pero nunca vi como una limitación no haber llegado a otros lugares, ya sea porque no estuvo la oportunidad, no me interesó, o no estuve capacitado, no pienso tanto en eso. Sí con el tiempo veo que, además de la comedia, me interesan más otras zonas dramáticas, me divierte y me gusta bucear ahí.
- En tus redes sociales te presentás como “un trabajador de la escritura y el habla”, ¿qué resaltás de cada canal de expresión?
- El habla lo relaciono, sobre todo, con la radio. Aunque ahí entran todos los oficios, ya que puedo hablar, escribir, entrevistar, actuar, conducir. Mientras que la escritura es un trabajo solitario, que puede ser que a mí me exija más que los demás y, a su vez, envuelve a otros, hago hablar a otros personajes, lo cual me gusta mucho, y también es probable que sea más angustiante. La radio es algo más fugaz, efímero, es el momento, y la escritura es un proceso más lento, que no termina ahí, principalmente cuando uno escribe un guion. Un libro culmina cuando hablás con el editor y el corrector, pero el guion tiene un montón de facetas, en mi caso se lo muestro al director, a la plataforma, o a quien sea, después tiene una devolución, reescrituras, ensayos en los que se cambia algo, cuando se graba tal vez se cambia algo, y en la edición también hay reescritura. La escritura tiene un primer tiempo romántico en el que se te ocurren las ideas y te inspirás, luego un momento no tan romántico de sentarse a escribir y tratar de estructurar la idea y, por último, la parte de los diálogos, que me divierte y me gusta.
Entretenimiento vespertino
De lunes a viernes, de 17 a 20, Sebastián conduce junto a Julieta Pink y Pablo Fábregas el exitoso ciclo Vuelta y media, donde además participan distintos columnistas. El programa se emite por Urbana Play, tanto de manera radiofónica en la FM 104.3 como de forma audiovisual en su canal de YouTube y Twitch “Urbana Play FM”.
Sobre el valor del trabajo colectivo, Wainraich señaló: “Me gusta armar equipo con buenos profesionales y buenas personas, poder ir a tomar algo con ellos y mantener un diálogo, para hacer programas así hay que tener esa posibilidad, sino es muy difícil. Un poco es suerte que te toquen esos compañeros, otro poco hay que trabajarlo. Y en nuestro equipo hay un montón de química y un ego bien colocado, cada uno sabe qué rol cumple en el grupo y cuál es su misión, qué chiste va y qué chiste no va. Dicho así parece muy estructurado, pero es muy libre”.
Éxito en pantalla
A través de sus dos temporadas, la primera en 2020 y la segunda en 2022, Casi feliz se convirtió en una de las series argentinas más populares de Netflix. Allí participó Sebastián, no solo como creador con Alejandro De Grazia y Hernán Guerschuny, sino, también, como actor protagonista junto a Natalie Pérez y Santiago Korovsky. El personaje principal de la comedia podría considerarse su alter ego, ya que se llama de la misma manera y es un conductor de radio. Y, dentro del relato ficticio, transita sus días entre problemas personales y profesionales.
“El período de escritura me encantó, y en el rodaje de ratos la pasé muy bien, de a ratos no, porque es más cruel ese momento. Todo lo que vino después fue sensacional y nos sorprendió en las dos temporadas. La primera nos pasó por arriba y la segunda pensamos que iba a aflojar un poco, ¡pero no! Hubo una repercusión espectacular a nivel mundial, y más allá de todo ese ruido me gustó ver que algunos mensajes despertaron cosas en las personas”, concluyó el actor.