Pompeyo Audivert: “El teatro es un arte sagrado que viene desde el principio de la historia”
Con su “Habitación Macbeth”, el multifacético actor, que dialogó con El1 y Radio Universidad, interpreta de manera magistral una de las tragedias shakespearianas más versionadas a nivel mundial.
Macbeth, de William Shakespeare, es considerada una de las mayores obras trágicas. Pasó de generación en generación y traspasó todos los límites geográficos hasta convertirse en uno de los clásicos de todos los tiempos. Fue escrita por el autor inglés en 1623 y llega al Teatro Universidad (Florencio Varela 1.903, San Justo) el 25 de mayo a las 21 de la mano del eximio actor Pompeyo Audivert con su versión Habitación Macbeth.
Esta puesta en escena recibió múltiples elogios de la crítica especializada, la ovación de los espectadores y prestigiosos premios. Habitación Macbeth se ha convertido en uno de los sucesos del teatro nacional de los últimos tiempos y representa el intento de arrojar junto a Shakespeare un piedrazo en el espejo, también en el nivel de las formas de producción, de transparentar la estructura soporte, la máquina teatral y su metáfora, sin menguar la extraordinaria potencia poética que sostienen sus efectuaciones ficcionales.
Por el contrario, mestizándose con ellas, acrecentándolas, defendiendo la máscara, pero también sus misterios sagrados, su ser artificio ritual de una presencia que siempre evade la emboscada que el teatro le tiende amorosamente para develarla.
¿Qué va a develar Habitación Macbeth frente al público?
La gente va a encontrar conjugados dos asuntos teatrales que son centrales. Por un lado, lo que tiene que ver con la dramaturgia shakesperiana. Es un asunto sobrenatural, textual, poético, metafísico en el sentido de todas las zonas que abre esa dramaturgia. En términos de la identidad, todos los asuntos que Shakespeare tramita no solamente tiene que ver con la revelación de nuestra pertenencia a una identidad convulsa e histórica, sino con todas las cuestiones vinculadas al poder. Es una narración muy reveladora de nuestra circunstancia histórica, tiene una cualidad transhistórica que interpela a todas las sociedades a través de todas las épocas. Por otro lado, la forma de producción teatral, es decir, la máquina teatral y su propia metáfora. El teatro es una máquina de averiguación, de sondeo de identidad y de pertenencia a una escala extracotidiana. El teatro es un arte sagrado que viene desde el principio de la historia, y desde antes también.
Tu cuerpo será el lugar de encuentro de todos los personajes... ¿cómo lo llevaste a cabo?
Es mi cuerpo de actor llevando adelante toda la dramaturgia de Macbeth, o sea toda la obra shakespeariana dentro de mí. Mi cuerpo como habitáculo de encarnaciones, como punto de encaje de todos esos asuntos. Metafóricamente hablando, podemos decir que mi cuerpo es el último que ha quedado después de que el mundo se ha derrumbado. Esta obra es una puesta de máxima surgida en la pandemia, cuando me tuve que recluir en mi casita de Mar del Sur. Cuando advertí que el único teatro que quedaba en pie, para mí, era mi propio cuerpo, y entonces me dispuse a llevar adelante este propósito.
¿Qué significa Macbeth en tu vida?
Siento que hacer todos estos personajes es darle un alcance al fenómeno de la actuación en mi cuerpo más radicalizado y conectado a su posibilidad de ser poético y ser múltiple en la forma de producción.
¿Cuáles fueron los desafíos al interpretar a siete personajes?
Es inevitablemente compositiva. Cada personaje tiene un cuerpo, una voz, unas formas, un ritmo, un tono y una intensidad distinta. Eso sucede en la medida en que el cuerpo se sitúa en esas composiciones y las va internalizando, va ganando puertas adentro de la composición toda una interioridad y, una vez que esas composiciones están ya planeadas, muy meticulosamente en un trabajo artesanal, que tiene mucho que ver con la repetición, con volver y producir esos cambios de una composición. Los personajes cambian las identidades súbitamente, entonces, en la medida en que se planifica, se ensaya, se va internalizando y comienza a ser posible demostrar, de situarlo en un ritmo general y de poder advertir algunas cuestiones que pueden ser corregidas.
¿Cuál es el personaje que más desafíos te dio?
El personaje que más me costó, justamente, es el de Macbeth porque tiene una gran transformación y vivencia. Es un personaje noble, con cierta pureza y lealtad, que de repente se transforma en lo contrario. Me costó porque tuve que encontrarle esa doble condición en mí y que el público pudiera advertir esa contradicción.
¿Y el que más te gustó interpretar?
El personaje que más me gustó es el de Lady Macbeth ya que es extraordinario: tiene todo un plan criminal muy constituido en ella y es la que convence a Macbeth para que entre en ese espiral de violencia para lograr ser rey. Lady Macbeth es un personaje femenino muy intenso, despiadado, y fue placentero interpretarlo.
Shakespeare es un autor muy presente en tu vida...
Está presente en mi vida, desde que empecé a hacer teatro y cuando comencé a dar clases, a trabajar con sus escenas. En mi estudio trabajo mucho con el mundo de Shakespeare y dirigí una versión mía de Hamlet. Es un autor sobrenatural porque todo el tiempo está planteando espejos del frente histórico, espejos del mundo y a los que les arroja un piedrazo a través de su poética y de las circunstancias que van sucediendo. Elige el espejo, lo rompe y revela la dimensión sobrenatural metafísica que hay por detrás del espejo, esa zona de otredad de la cual venimos, de la cual somos... un fruto extraviado.
¿Qué personajes, de los que has interpretado, te han marcado?
Esto que estoy haciendo que no es un solo personaje, sino esta operación de cuerpo habitado, es el alcance más alto al que he llegado y el que más placer me ha dado, en el sentido de que me ha permitido llevar el fenómeno de la actuación a un calce sobrenatural. En esta experiencia de no ser un solo personaje logro alcanzar algo, es decir, presiento mi propia identidad de estructura.
Brindás clases de teatro, ¿cuáles son los pilares que enseñás a tus alumnos?
Dentro de esas clases enseño actuación para teatro y me parece que la actuación es el alma de lo teatral, que es central dentro de una política teatral. Y lo que les enseño como cuestión fundamental es el trabajo sobre “unas máquinas teatrales” que son procedimientos vinculados a la composición de los cuerpos.
A tomar nota
Para adquirir las entradas, los interesados pueden hacerlo en la boletería del auditorio de la Universidad Nacional de La Matanza de lunes a viernes de 11 a 21 y sábados, domingos y feriados de 15 a 21, o en Ticketek.