Gabriela Toscano: “Los actores somos disparadores para que el espectador reflexione sobre la vida”
La actriz integra el elenco de “Buenos chicos”, la tira diaria de El Trece. Habló sobre las singularidades del formato audiovisual, sus elecciones en la profesión y el recuerdo de sus participaciones en proyectos de Polka.
A través de su profesión, y especialmente de la ficción, una actriz puede adentrarse en diversos ámbitos, algunos más cercanos a su vida cotidiana, y otros totalmente ajenos. En el caso de Gabriela Toscano, luego de haber transitado todo tipo de universos junto a sus personajes, en Buenos chicos se sumerge en el área judicial. Es que, en la tira nocturna de El Trece, interpreta a Eugenia Grenón. Se trata de una fiscal estricta que detesta la ineptitud y, a su vez, es una madre que crió sola a su hijo “Zeta” (Tomás “Toto” Kirzner), cumpliendo el rol de líder familiar.
A la gran cantidad de casos y conflictos laborales diarios, a Eugenia se le suma la intervención en la investigación de un robo cometido por una banda que integra su hijo. Si bien al comienzo desconoce el vínculo entre su descendiente y el mundo delictivo, inicia un misterioso camino, que se extiende durante más de 100 capítulos y le va revelando verdades inesperadas.
- Buenos chicos marcó tu regresó a la tira diaria, ¿cuáles son los retos de este formato?
- Grabamos muchos capítulos de manera abierta, es decir, si hoy filmo los episodios tres, cuatro, cinco y seis en un decorado y, a continuación, el siete y el ocho, en otro decorado, después tengo que volver a los primeros para hacer las escenas de exteriores. Hoy, el gran desafío de la tira diaria es la continuidad emocional de lo que uno está contando; se graban muchas horas. Lo que tiene la telenovela es que te entrena para resolver muchas cosas en un tiempo muy corto. ¡Adoro el formato! Y tiene mucha repercusión en la gente, en la calle. A mí me encantaría que vuelva la ficción al horario central, pero el mundo cambia a pasos acelerados y nos tenemos que adaptar. ¡Esperemos que se sigan haciendo telenovelas en canales de aire!
- ¿Qué cuestiones consideraste para confeccionar tu papel?
- ¡Me gusta mucho el personaje! El libro me fue conduciendo para construirlo. Eugenia es una persona justa, y busca la balanza de la Justicia en casi todas las cosas. Por ejemplo, cuando Zeta era engañado por la novia y Eugenia lo sabía, tomó la decisión de no decírselo directamente a él, y le planteó a la chica 'te voy a dar la oportunidad de decírselo'. Cuando su hijo descubrió la verdad y le echó la culpa a su madre por no contárselo, ella espero a que él recapacitara. Así que es una persona muy en la línea de que las cosas tienen que ser de determinada manera, y no se puede vivir fuera de eso. Por supuesto es muy estructurada.
- Ya sea por voluntad propia o por el destino, el amor y la maternidad atraviesan su labor profesional…
- Para guiarme, tomé la acción del cuento La carta robada, en cuanto a que hay algo que está delante de los ojos de alguien, sin embargo, esa persona no lo está viendo. En el caso de Eugenia es por su convicción y porque piensa que crió bien a su hijo, como pasa con todos los padres de la telenovela, pero estos chicos se meten en una, después en otra, y no pueden parar. La vida de ella ha sido complicada, en el sentido de que tuvo que hacer su carrera y, a su vez, estar pendiente de su hijo, siendo muy controladora. Por otro lado, está el tema del juez Lorenzo (Luis Machín), el padre de Zeta, que es interesante, porque ella se enamoró cuando él le dijo que se había separado de su mujer, pero no era así, y eso fue un golpe muy grande.
- Tu hijo de la ficción y tu hijo verídico tienen unos años de diferencia, ¿cuánto contribuyó ser madre para comprender a Grenón?
- Mi hijo Bruno tiene unos años más que 'Toto'. Creo que las actrices que somos madres y comprendemos el rol, se lo ponemos un poco a ese tipo de personajes. No quiere decir que yo sea como Eugenia, hice otras madres y no fueron siempre iguales, las fui encontrando, eso es lo bueno de la actuación. Es como si una conoce un camino por el que va todos los días, no obstante, hay otro camino en el bosque, que es paralelo, y ahí pasan cosas nuevas.
- La tira diaria está destinada tanto a los jóvenes como a los adultos…
- Una amiga de una amiga me llamó para decirme que la historia de los grandes le gustaba mucho por algo que dice mi personaje, respecto a que uno 'no sabe' quiénes son los hijos. Es decir, uno los cría y les da lo mejor, pero, en definitiva, hay un momento en el que los suelta, como nos soltaron nuestros padres, y no sabe qué están haciendo, de hecho, los protagonistas de la telenovela están metidos en un gran problema. A los más grandes del elenco nos gusta contar esta otra parte, cómo uno se relaciona con los hijos y los diferentes tiempos. Por ejemplo, al pensar, 'che, fui la madre de este chico hasta sus 18 años y ahora es un hombre, tengo que tratarlo de otra manera'. Es algo muy fuerte para los padres, y eso está bueno ponerlo ahí.
- Las decisiones de los familiares de los Buenos chicos oscilan entre lo emocional y lo racional, si pensamos en tus elecciones profesionales, ¿cuánto peso le otorgás a la cabeza y al corazón?
- Los actores somos muy sensibles. Además, somos muy volátiles, estamos todo el tiempo en un estado en el que, tal vez, tenemos trabajo, luego no, pasa un tiempo y hacemos un personaje, vamos con un elenco, más adelante con otro. Yo me he centrado en tratar de elegir mis trabajos, las historias que quiero contar, y después les pongo mi impronta. Más allá de que uno vive de esta profesión, lo cual es muy complicado, hay un porqué uno actúa. Lo más interesante es qué sello personal le pone cada uno a lo que está contando, qué puede transmitir o revelar de lo que está pasando, no que el público se identifique. Porque la gente no se identifica con uno ni con el personaje, lo hacen con ellos mismos en ese momento determinado. Entonces, dicen 'uy, eso mismo, o algo parecido, me pasa a mí'. Nosotros somos disparadores para que el espectador reflexione sobre la vida.
- En la telenovela, se fusionan al menos dos rangos etarios de artistas, ¿cómo es la interacción entre las distintas generaciones?
- Muchos de los chicos han estrenado en la telenovela, ya que habían trabajado en plataformas y esto fue muy diferente para ellos. Al principio, les era un poco estresante, porque la tira diaria es vertiginosa y no hay tiempo, pero fue un gran entrenamiento. En mi caso, trabajé en muchas escenas con 'Toto' y Rocío Fernández, que estaban muy abiertos a las propuestas, a armar la historia y el vínculo, aprendimos juntos, en una comunidad entre actores. El trabajo nos lleva a querer hacer las cosas mejor, y eso hace que se vea la relación de los personajes. Cuando yo era chica, a lo mejor me pasaba esto con actores como Ana María Picchio, Miguel Ángel Solá, Ricardo Darín, Leonor Manso, entre otros, que fueron mis maestros en la televisión.
Una vida de ficción en Pol-ka
A lo largo de su trayectoria, Gabriela ha participado en numerosas telenovelas, miniseries y/o unitarios a cargo de la productora creada en 1994 por Adrián Suar. Algunos títulos que fueron emitidos por El Trece son: Culpables, Son amores, Mujeres asesinas, Amas de casa desesperadas, Para vestir santos, El puntero, Primicias, Quiero vivir a tu lado y 1/2 falta.
Asimismo, dentro de la productora, en 2015 y 2016, integró el elenco protagónico de una tira diaria que se convirtió en un fenómeno cultural: Esperanza mía. La historia se centra en Julia (Lali Espósito), una chica de un pequeño pueblo bonaerense que, tras ciertos problemas, abandona su lugar natal y se muda al centro porteño. Allí, recibe asilo en un convento, entonces, se hace pasar por monja. Lo que no imagina es que la monja Clara (Toscano) es su madre biológica.
La expansión de Esperanza mía incluyó importantes premios y nominaciones, transmisiones internacionales, álbumes musicales, decenas de funciones teatrales, y mucho merchandaising (álbum de figuritas, posters, artículos escolares y disfraces).
“Fue una muy buena experiencia, ¡me divertí mucho! Era lo popular al extremo, nos seguían todos los fans de Lali, con toda una cosa nueva para mí. Yo venía del fan que te mandaba cartas a la televisión, pero acá también te enviaban regalos, te sacaban fotos, te armaban páginas”, compartió la actriz sorprendida.